Barry Gibb recuerda su legado
El componente del célebre trío que conquistó las pistas de baile con la banda sonora de "Fiebre del sábado noche" presenta "Greenfields: The Gibb Brothers Songbook, vol.1": un emotivo álbum, donde amigos del cantante acompañan al mayor de los Gibb para suplir la ausencia de los desaparecidos Maurice y Robin, en su paseo por la discografía de Bee Gees.
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Barry Gibb siempre estará asociado a la leyenda que despliega su laureada carrera musical, en la que también tuvieron un protagonismo destacado sus hermanos Robin y Maurice.
Al frente del trío Bee Gees, Barry y sus talentosos brothers dominaron las listas de éxitos a lo largo de las décadas de los sesenta, setenta, ochenta y primera mitad de los noventa; con temas que ocupan un sitio preferente en el cancionero de generaciones enteras de seguidores.
Pero el paso de los años y las ausencias de sus seres queridos han provocado una abismal caída anímica en el mayor de los Gibb. La muerte de Robin (ocurrida en 2012) fue el mazazo definitivo para que Barry se sumiera en una profunda depresión, que arrastraba desde los fallecimientos de Andy (sucedido en 1988) y de Maurice (quien sucumbió ante el cáncer en 2003). Un cúmulo de desgracias que han hundido al genial cantante y compositor del mítico Night Fever, hasta el punto de que fue incapaz de asistir al estreno del documental Bee Gees: How Can You Mend A Broken Heart, que el director Frank Marshall elaboró para homenajear al trío de How Deep Is Your Love y Massachusetts.
Sin embargo, BG se ha agarrado a la música, para intentar levantar cabeza frente a tanta adversidad. Y de esa fortaleza existencial, o de sus deseos de alcanzar un mínimo de energía creativa, ha surgido Greenfields: The Gibb Brothers Songbook, vol 1 (Barry Gibb Entertainments, Inc y UMG Recordings, Inc): un trabajo que va más allá de los juicios de valor, y que asienta sus virtudes en el terreno de las emociones nostálgicas.
Los doce cortes de Greenfields remiten a un mundo que parece lejano en el tiempo, y del que solo quedan tímidos vestigios y chispazos; concitados por los que vivieron la euforia de la música disco, y por los que se sintieron inspirados por las melodías estimulantes y luminosas de Bee Gees. Una época asociada a los neones cegadores, las orquestaciones atronadoras, los pantalones campana y los movimientos compulsivos del cuerpo, constantemente fustigado para conseguir el ritmo hipnotizador de las danzas multitudinarias.
BARRY GIBB RECORRE LOS PASILLOS DE SU MEMORIA
En una de las escenas iniciales del documental How Can You Mend A Broken Heart, Barry Gibb pasea tranquilamente por la calle, mientras enfatiza con su deambular la soledad en la que transcurren sus días, muy apartados de la barahúnda pretérita de sus décadas frenéticas con Bee Gees.
En la mirada perdida del compositor y cantante, y con las notas susurrantes de uno de los hits de Barry, Robin y Maurice, el espectador comprende que se trata de un hermano que añora la presencia de sus familiares fallecidos, y que solo encuentra reposo con la evocación memorística de sus hermanos, padres y amigos.
Esas mismas sensaciones moldean los doce cortes que alimentan Greenfields: interpretaciones en tonos lentos y hambrientos del glamur pretérito, que visten con sus acordes punteados y pianísticos canciones tan emblemáticas como Run To Me, Too Much Heaven, Words, How Deep Is Your Love, How Can You Mend A Broken Heart, To Love Somebody o Jive Talkin’.
Con la voz un tanto perjudicada, atenuada por un dramatismo escénico que se mezcla con la ausencia del falsete aguerrido de Fiebre del sábado noche, Barry Gibb aprovecha la ayuda de colaboradores como Keith Urban, Jason isbell, Brandi Carlile, Alison Krauss, Jay Buchanan o Sheryl Crow.
Sin embargo, y pese a las notables aportaciones de los ilustres compañeros mencionados, los cortes más destacables son los que Barry realiza al lado de Dolly Parton y Olivia Newton-John: dos de las estrellas que forman parte activa del currículo de Bee Gees. Una realidad que añade ecos de complicidad apasionada a las interpretaciones de la singular Words (Dolly Parton), y de la sensible Rest Your Love on Me (Olivia Newton John).
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