Ariana Grande coquetea con el R&B
La cantante estadounidense sorprende con las variaciones melódicas de "Sweetener" (Republic Records): su cuarto álbum de estudio.
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Ariana Grande vivió uno de los momentos más amargos de su aún breve carrera durante el fatídico 22 de mayo de 2017, cuando un terrorista suicida causó la muerte de un gran número de personas (la mayoría adolescentes); al detonar su criminal carga explosiva en medio del concierto que la cantante estadounidense estaba ofreciendo en la ciudad inglesa de Manchester.
La amargura y la tristeza provocadas por los citados sucesos inspiraron el comienzo de Sweetener (el nuevo disco de la artista de Florida, producido por Republic Records), con un cántico confesional y a capela que Ariana ha querido dedicar a los fallecidos y a los heridos en el brutal asesinato en masa perpetrado hace ahora algo más de un año. Raindrops (An Angel Cried) se convierte de esta forma en una isla de necesario homenaje, dentro de las quince letras que conjuntan la esperada obra, y que la diva de Dangerous Woman interpreta con una pasión elevada a la máxima potencia.
Un arranque eléctrico y sincero, que preludia un CD de sensaciones diamantinas y espacios hipnóticos; en el que Grande ejerce como singular anfitriona, encerrada voluntariamente en el extenso salón de juegos sobre el que reposa la esencia de su cuarto trabajo en el mercado de las ondas efervescentes.
Tras el parón obligado de Demi Lovato, los bandazos arriesgados de Lana del Rey, y los desplantes a las poderosas plataformas en streaming de Taylor Swift; la actual pareja del humorista Pete Davidson sienta las bases de un reinado aderezado con sus coloristas ritmos, y los potentes registros de su privilegiada garganta. Un instrumento de altura, que ha llevado a AG al extremo de ser comparada con la espectacular Mariah Carey: la correspondiente con su primera y más fructífera etapa.
ARIANA GRANDE REGALA UN EDULCORANTE CON TRAMPA EN SU INTERIOR
El dulce suculento, que promete la estrella norteamericana en el título del cuarto disco de su carrera, viene bien envuelto en el imaginativo celofán prestado por el mediático Pharrell Williams.
El autor de Happy deja su impronta en la mayoría de los quince temas que componen el rompecabezas diseñado por Grande; y donde la vocalista pone su sello de brillante purpurina sinfónica.
Las veinticinco primaveras que acredita el carné de Ariana parecen más, ante la sagacidad de esta joven a la hora de escoger sus compañeros de viaje. Una travesía que en Sweetener -aparte de Williams– se enriquece con la presencia de las incombustibles Missy Elliott y Nicki Minaj (damas con las que la responsable del exitoso Dangerous Woman ya había compartido créditos y escenario en alguna que otra ocasión).
Una de los puntos a favor de Sweetener viene dado por lo compacto de su propuesta, pese a contar entre sus surcos plastificados accesos pop, r&b, hip-hop y de soul teñido de tonalidades discotequeras. Un paisaje con sinuosidades perfectamente orquestadas, en el que destacan cortes tan singulares como el contagioso Blazed; el salvaje The Light Is Coming; el desafiante God Is a Woman; o el pegadizo Borderline.
Toda una apuesta para soñar con mundos calóricos y muy dulces…
Avance oficial de Sweetener, por Universal Music
