Aretha Franklin deja huérfano al soul

La cantante estadounidense fallece en su casa de Detroit, por causa del cáncer de páncreas que padecía desde hacía algún tiempo.

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Aretha Franklin
Aretha Franklin ha fallecido rodeada de sus familiares

Aretha Franklin siempre quiso ser una mujer discreta cuando bajaba del escenario, sin una actividad mediática que enturbiara sus relaciones familiares, o su ansiada paz cotidiana. Quizá, esa sea la causa por lo que Aretha Louise Franklin mantuvo un relativo silencio, durante los días que han precedido a su trágica muerte.

La cantante tuvo que suspender los conciertos que tenía contratados en Estados Unidos a lo largo del verano, pero no dio mayores explicaciones que las de serios problemas de salud; los cuales la impedían estar al cien por cien ante sus seguidores.

Ese espíritu de energía y calidad musical acompañó a la considerada como reina del soul en sus más de cinco décadas de carrera, sustentada bajo los pilares de su prodigiosa garganta, y su capacidad para dotar de calidez cada letra que arropaba su atronadora voz.

Hija de un pastor y una cantante de góspel, Aretha se dedicó pronto a la música, alentada por los himnos religiosos que interpretaba ante su congregación. En aquel entonces, la aún estrella en ciernes empezó a combinar la inspiración del púlpito con las profundidades jazzísticas que pidió prestadas de maestras de inspiradoras cadencias, como Dinah Washington y Ella Fitzgerald.

Franklin siguió a partir de esos primeros pasos una carrera supeditada a su pasión por las melodías, deudoras de la intensidad con que experimentaba cada composición. Sin entrar en la célebre Motown (prefirió fichar por Columbia Records), la diva de Memphis supo subirse a la ola de la explosión del soul de finales de los sesenta, protegida por un sello tan determinante como Atlantic Records.

Gente como Ray Charles y Ottis Reding supieron liderar la mencionada resurrección del género de los sentimientos efervescentes, y lo vistieron con ropajes novedosos y multicolores. Pero Aretha no se quedó detrás de ellos en la citada eclosión de las ondas profundas; alcanzando los primeros puestos en las listas de éxitos con Respect: una tonada que Reding había grabado anteriormente a ella, en 1965.

Ese hit hizo que Franklin extendiera su fama por todo el globo terráqueo. Un triunfo de perseverancia y duende enloquecido, al que siguieron otros de parecida naturaleza rompedora, como Spanish Harlem y I Say a Little Prayer.

Sin embargo, y a pesar de convertirse en activo seguro con el repertorio cosechado en los sesenta y setenta, uno de los puntos a favor de la reina del soul fue que no apalancó su talento en las gestas pasadas cargadas de laureles, sino que supo adaptarse al devenir de los tiempos. Fruto de ello fue el himno feminista Sisters Are Doin’ It for Themselves, al lado de Eurythmics; o la pegadiza balada I Knew You Were Waiting (For Me), al lado de George Michael.

Con su desaparición, Aretha Franklin deja huérfano al soul de camaleónicas notas y disfraces ajustados. Una pérdida más que irreparable.

Vídeo de Sisters Are Doin’ It For Themselves, subido por EurythmicsVEVO

 

 

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