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Kate Beckinsale es la protagonista del texto más mordaz y humorístico de JA.
La actriz de La tabla de Flandes es la estrella principal en Love and Friendship (versión cinematográfica de Lady Susan).
La escritora de Sentido y sensibilidad nunca concibió Lady Susan como una novela con destino de publicación, sino que fue más bien un ejercicio de juventudes solitarias.
Compuesta por 41 cartas -manuscritas supuestamente por los personajes protagonistas-, esta trama sobre una viuda alegre sin castigos terrenales especialmente graves apareció en las librerías británicas en 1871 (cincuenta y cuatro años después de la defunción de la creadora de Orgullo y prejuicio). Y siempre se mantuvo a la sombra de los títulos más lauredos de la etapa adulta de Austen.
Breve en su curso y con poca historia a la que acogerse con la firmeza de las fidelidades obsesivas, Lady Susan nunca ha sido objeto de adaptaciones por parte la industria audiovisual. Algo que ha querido corregir el director estadounidense Whit Stillman (The Last Days of Disco), al meterse de lleno en el rodaje de Love and Friendship (filme inspirado en el citado relato, que WS graba estos meses en localizaciones irlandesas).
KATE BECKINSALE PONE EN JAQUE A LA ALTA SOCIEDAD
Elaborada en 1794, Lady Susan sigue los avatares de una mujer relativamente joven, a la que atenaza la prematura muerte de su esposo. Con una hija adolescente a cuestas, la dama únicamente atisba la alternativa de encontrar acomodo social por la vía matrimonial, tanto para su heredera como para ella misma. Pero, ¿cómo conseguirlo sin apoyos importantes?
Aún en edad de merecer (según el libro, la viuda está entre los treinta y los cuarenta), la heroína de moralidad difusa se divierte en secreto con hombres mucho más jóvenes que ella, al tiempo que no pierde ocasión para lanzar las redes hacia los terratenientes que se hallan disponibles en el mercado de la soltería.
Pero la pequeña Frederica no ha sacado el talante fiestero de su mamá. La chica de 16 primaveras es ingenua y escasamente locuaz, a pesar de que su adolescencia la convierte en un partido muy a tener muy en cuenta entre los mozos casaderos, si no fuera por su candidez cercana al aburrimiento.
Jane Austen concibió el relato con tan solo 19 aniversarios, lo que insufló al texto una fuerza discursiva muy diferente a la desplegada en sus obras más famosas. De esta manera, Lady Susan Vernon se erige como una especie de Judith isleña y altiva, dispuesta a cortar la cabeza de las rígidas normas que comandan las clases altas de su tiempo; auténtico y figurado gigante Olofernes de la Gran Bretaña prenapoleónica.
Tales armas han servido a Whit Stillman para desarrollar una película atípica dentro del universo de Austen, en la que las acciones de la fémina del título la acercan más a las contorsiones escandalizadoras de las divas de Oscar Wilde, que a los rigores excesivos de -por ejemplo- Mansfield Park y Persuasión.
Un libreto de semejante naturaleza estelar obligaba a los responsables del casting ha dejarse la piel por dar con la actriz ideal para encarnar a la peculiar Lady Susan. Y, aunque primero ofrecieron el role a Sienna Miller, al final acertaron al contratar a Kate Beckinsale. La actriz inglesa acredita la edad perfecta (cumplirá cuarenta y dos tacos el próximo 26 de julio), además de poseer esa belleza hipnotizadora y tirana con la que JA alimentó a su protagonista.
Junto a la vampira de Underworld, el equipo diseñó un elenco heterogéneo y versátil, en el que prestan sus virtudes escénicas Chloë Sevigny (Alicia Johnson), Xavier Samuel (Reginald DeCourcy), Stephen Fry (Mr. Johnson), Emma Greenwell (Catherine Vernon), Lochlann O’Mearáin (Lord Manwaring) y Morfyd Clark (Frederica).
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