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Johnny Depp recupera el personaje que interpretó en Tusk.
El actor es uno de los protagonistas de Yoga Hosers, de Kevin Smith.
De las neuróticas comedias sobre la generación alienada por las grandes superficies (Clerks) a las reflexiones psicodélicas sobre el Cielo y el Infierno (Dogma), el autor de la aclamada Red State ha sabido cómo sobrevivir en la industria del celuloide, merced a su insólita capacidad para adaptarse a los tiempos.
A punto de cumplir cuarenta y cinco tacos, Kevin Smith lleva poco más de un lustro aparcado en el arcén del indie con aroma a túrmix argumental; una park lot donde las normas del gore setentero conviven a sus anchas con el humor gamberro que –en definitiva- es la mejor seña de identidad en la carrera de este peculiar cineasta nacido en 1970, en Nueva Jersey.
Dentro de ese corsé activo, el inventor de los geniales Jay y Bob el Silencioso inscribió en 2014 la esquizofrénica crónica bautizada como Tusk: el primer título de su trilogía True North.
Tríptico con Johnny Depp como nexo humano entre los diferentes libretos, el cual muestra ahora su segundo capítulo: Yoga Hosers.
JOHNNY DEPP SIGUE ENGANCHADO A LAS POSESIONES
Si en Tusk los dos personajes principales eran los de unos colegas con ganas de entrevistar a un tipo algo extraño; en esta secuela con anclajes de spin-off (depende de la fuente a la que se consulte), la acción comienza en Manitoba (en el interior de un centro de relajación conocido como Eh-2-Zed) con dos chicas adolescentes: un par de locas por el ejercicio del yoga, que se topan con un espíritu siniestro alojado en su maestro.
Asustadas por lo inesperado de la situación, las chicas contactan con Montreal para localizar al extravagante Guy Lapointe (Johnny Depp), con el objetivo de este les eche una mano con el espíritu diabólico. Aunque la participación del citado señor con bigote decimonónico y gorra de punto no será todo lo eficaz que ellas esperaban.
Harley Quinn Smith y Lily-Rose Melody Depp (la hija de dieciséis años de la estrella de Piratas del Caribe) son las encargadas de poner físico a Collen McKenzie y Colleen Collete: la pareja de descerebradas girls que desencadena la trama.
Sin embargo, y para paliar la posible bisoñez dramática de estas púberes intérpretes, el largometraje completa su elenco con muchos de los rostros que colaboraron intensamente en el filme precedente (al igual que Quinn Smith y Lily-Rose Melody, que aparecieron como cajeras en Tusk).
De esta manera, Johnny Depp, Haley Joel Osment (increíble y comprensible cambio físico del otrora niño de El sexto sentido), Justin Long, Génesis Rodríguez, Natasha Lyonne y Michael Sparks regresan para ponerse nuevamente a las órdenes del peculiar Smith. Un retorno colectivo del que también participa el veterano Stan Lee, quien mantiene una relación de amistad con KS desde el cameo que el experto en cómics efectuó en Mallrats (1995).
Terror y gracias situacionales (bien por la exageración de lo que se proyecta sobre la pantalla o por lo ingenioso del momento) son los ingredientes primordiales de Yoga Hosers: aventura que intenta ir más allá de lo logrado en Tusk, y de su asfixiante tesis al estilo de La isla del Doctor Moreau.
Una vez que el segundo episodio cumpla su misión de satirizar el gore gamberro de las posesiones diabólicas, el creador estadounidense dará luz verde a la cinta con la que cerrará la saga, y que lleva por título Jaws with a Moose.
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