0
0
Aaron Taylor-Johnson es, junto a su compatriota Henry Cavill, uno de los actores mejor situados para tomar el testigo de Daniel Craig, y convertirse en el nuevo James “007” Bond. Unas posibilidades que, según los amantes de las señales mediáticas, se han potenciado tras la participación de Taylor-Johnson en el film Blood on Snow, que dirige el efectivo Cary Joji Fukunaga (el responsable de Sin tiempo para morir, la última película por el momento de la saga del citado espía con licencia para matar y aficionado a los martini agitados).
Pese a que el protagonista de Anna Karenina mantiene su escepticismo de puertas hacia fuera respecto a su insinuado salto al universo creado por el novelista Ian Fleming, lo que sí está claro es que -con Blood on Snow– el intérprete inglés sí ha ingresado de pleno en el cosmos de pasiones aceradas diseñado por el narrador noruego Jo Nesbo. Un ecosistema que el cineasta Cary Joji Fukunaga pretende recrear con un aura de romanticismo mortífero, marcado por un conjunto de atmósferas gélidas y continuos laberintos afectivos, enmarcados en los recovecos de una amenazante organización mafiosa.
El guion desarrollado por Ben Power (La corona vacía) sigue la estela de un criminal a sueldo llamado Olav, el cual se enfrenta a su objetivo más complicado, concretado en la orden de acabar con la vida de la mujer de la que se ha enamorado, y que es la esposa de un anterior trabajo.
Aaron Taylor-Johnson se caracteriza como el preocupado y confuso Olav, y se mete de lleno en una pesadilla de intereses sentimentales en continua penumbra; en la que también participan el islandés Ólafur Darri Ólafsson (Operación Napoleón), el británico Benedict Cumberbatch (La guerra de las corrientes) y la francesa Eva Green (Los tres mosqueteros), entre otros.
Fukunaga traduce a imágenes en movimiento la espiral amorosa descrita por Nesbo en el libro precedente, y lo hace en escenarios inquietantes rodados en la ciudad de Riga, la capital de la República de Letonia.
AARON TAYLOR-JOHNSON VIVE UNA PELIGROSA RELACIÓN AMOROSA, DENTRO DEL COSMOS PENSADO POR JO NESBO
Los paisajes helados e inmensamente blancos de Riga ilustran el complicado dilema que plantea Blood on Snow. Como la mayoría de los protagonistas concebidos por la pluma de Jo Nesbo, el antihéroe de Sangre en la nieve es un hombre con múltiples paradojas existenciales, al cual le carcome el hecho de dedicarse a asesinar a las diferentes y desconocidas personas que le indican los jefes de la organización mafiosa en la que colabora, en calidad de sicario.
Este personaje es una especie de filósofo experiencial, que procura alejarse de las pasiones corrientes, para no desvelar una vulnerabilidad que está muy presente en su ADN. Semejante punto débil resulta ser Corina Hoffmann (Eva Green): la esposa del capo Daniel Hoffmann, quien no duda en recurrir a los servicios de otro asesino profesional, para deshacerse del molesto Olav.
El propio Jo Nesbo, muy proclive a involucrarse en las adaptaciones audiovisuales de sus numerosos best sellers, ha participado con emoción en la escritura del guion de Blood on Snow, al lado del ya mencionado Ben Power. Una decisión que ha ayudado a Cary Joji Fukunaga a mostrar con verosimilitud y fidelidad todos los resortes humanos de un individuo tan opaco como Olav.
A la vez de descubrir las claves del papel protagonista, Nesbo se encargó también de nutrir el relato con una sutil ambigüedad romántica, a la hora de caracterizar a la singular y misteriosa Corina Hoffmann: la mujer que lleva a Olav a traicionar a los que le habían contratado, y que puede ocasionar la muerte del sicario, a manos de otro colega con similar perfeccionismo homicida.
Más información en
