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Willem Dafoe es un experto en captar gestos y comportamientos, rastros de normalidad que posiblemente pasan desapercibidos para la mayoría de las personas.
Con esas armas de singular modelaje, el actor estadounidense ha armado el esqueleto agrietado de la casi totalidad de los personajes que pueblan su filmografía, la cual se extiende ya por más de tres décadas de duración. Unos seres de papel y tinta reales o ficticios, que suelen acampar en el terreno de los comportamientos ambiguos, y que exhiben sin complejos sus múltiples heridas de vulnerabilidad latente.
Dafoe parece sentirse cómodo en las costuras de los mencionados tipos, que sienten y expresan sus amarguras por el mundo sin dramatismos exacerbados; algo que aporta un emotivo calor humano a las arrugas sinceras que porta cada una de sus caracterizaciones, frecuentemente aderezadas con altas dosis de decepción existencial.
Vincent van Gogh encaja a la perfección en ese catálogo de individuos atacados por la tristeza medioambiental, que alimentan con su letanía asumida el caldo de cultivo al que se agarra con uñas y dientes el todavía mejor Duende Verde de la historia del cine.
Un dato que no pasó desapercibido al director Julian Schnable, cuando escogió a WD para encarnar al legendario autor de La noche estrellada, dentro del falso biopic titulado At Eternity’s Gate.
El guion elaborado por el veterano Jean-Claude Carrière (mítico colaborador de Luis Buñuel, en obras como El discreto encanto de la burguesía) da alas al personaje de Mr. Dafoe; quien puede construir el rol de Van Gogh desde el prisma psicológico, sin importar demasiado la identificación real con las secuencias que plantea el argumento de la movie.
WILLEM DAFOE DA VIDA A LA MIRADA DE VAN GOGH
“Es mi visión, no una historia oficial“, se aprestó a declarar Carrière, en el momento de dar a conocer los entresijos narrativos de At Eternity’s Gate.
Un posicionamiento vaporoso y esperanzador, que refuerza la intención de Julian Schnabel de grabar su retrato de Van Gogh como si fuera una especie de sueño regresivo, con destino hacia la propia retina y mente del pintor holandés.
Bajo estas premisas, Willem Dafoe se atreve a arropar una caracterización más física y etérea que la llevada a cabo por Kirk Douglas, en la excelente película El loco del pelo rojo (Vicente Minnelli, 1956). Ese sentido poético permite al intérprete estadounidense meterse en el cerebro activo del hermano de Theo, y resta importancia al hecho de que este cuente casi treinta años más de la edad que acreditaba el artista decimonónico en el momento de su muerte.
Como indica el título de At Eternity’s Gate, el cineasta de La escafandra y la mariposa procura abrir una puerta hacia la eternidad de un creador único, simplemente subido a las tonalidades diversas que Dafoe es capaz de aportar, para dibujar la escurridiza faz del hombre que supo cómo congelar la energía solar en un lienzo.
Al lado del actor de El paciente inglés, el reparto también se compone de las no menos destacables colaboraciones de Rupert Friend (Theo van Gogh), Oscar Isaac (Paul Gaugin), Mads Mikelsen (El sacerdote), Mathieu Amalric (Dr. Paul Gachet) y Emmanuelle Seigner (Madame Ginoux), entre otros.
Nota.- At Eternity’s Gate tiene previsto su estreno en USA para el próximo 16 de noviembre de 2018.
