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Tom Hanks atesora el físico adecuado para caracterizar a tipos vulnerables, creíbles tras sus caparazones humanos de indudable sensibilidad existencial.
El actor de El código Da Vinci se puede considerar un contumaz especialista en reproducir el comportamiento de individuos plagados de dudas y temores, cuyo heroísmo no suele ser de cartón piedra. Con semejantes roles, el intérprete californiano ha configurado una galería de hombres cercanos y comprensibles, que no alardean de su valentía, ni venden su alma al diablo de las apariencias triunfalistas.
Muchos de los seguidores de Hanks han llegado a comparar su sintonía con el americano medio con la exhibida por James Stewart; estrella del celuloide que junto a Gary Cooper consiguió trasladar a las pantallas el sentir de los norteamericanos que llevaban una vida sin muchas estridencias, aunque en sus filmes siempre estuvieran dispuestos a realizar las acciones más admirables desde su concepción de ciudadanos con los pies en la tierra.
Dentro de los contextos en los que se han movido los diferentes personajes que han pasado por las manos y la dicción del oscarizado Tom Hanks, la Segunda Guerra Mundial es uno de los escenarios que le ha reportado más valoraciones positivas. Así quedó constatado tras el estreno de Salvar al soldado Ryan (Steven Spielberg, 1998), donde TH brilló con su caracterización del esforzado y cansado capitán Miller.
Veintidós años después de la obra de Spielberg, el protagonista de Los archivos del Pentágono regresa al rompecabezas de sangre y muerte que dibujó la batalla planetaria desarrollada entre 1939 y 1945, para ponerse al frente de Greyhound: una cinta naval ambientada en la contienda del Pacífico, cuyo guion está basado en The Good Shepherd (novela escrita en 1955, por Cecil Scott Forester).
Las escenas tomadas en históricos destructores de la época, como el USS Kidd (DD-661) y el HMCS Montréal, dan una idea sobre el amplio trabajo de documentación llevado a cabo por el director Aaron Schneider (Two Soldiers) y el responsable de la fotografía de la movie, Shelly Johnson (El hombre lobo).
Ambos, junto al resto del equipo técnico y artístico, han completado una intensa labor de ambientación; materializada con la ayuda de los documentos gráficos y escritos procedentes de las fuentes que realmente inmortalizaron lo sucedido en la Guerra del Pacífico.
TOM HANKS Y LA SOLEDAD EN EL PUENTE DE MANDO
El argumento de Greyhound sitúa al personaje principal (el del comandante Ernest Krause, al que da vida Tom Hanks) en un momento crucial de su carrera en la armada de Estados Unidos. Este condecorado militar es elegido para liderar una expedición de 37 barcos aliados desde el USS Keeling, en el norte del océano Pacífico: convoy destinado a acabar con los submarinos alemanes y japoneses que campan por las aguas de la amplia zona. Tan solo hay un problema: Krause no ha entrado nunca en combate anteriormente.
La película trata de lleno la paradoja consistente en que, mientras Krause es un hombre curtido en edad y en tácticas militares, los subalternos que tiene a su alrededor son -pese a su juventud- mucho más expertos que él en el terreno de las batallas navales.
El frágil equilibrio entre edad y experiencia, responsabilidad en el mando y años en primera línea de fuego, son los motores que sustentan la película de Aaron Schenider; con la que desea ilustrar el período en que USA desplegó su poderío marítimo, para hacer frente a la amenaza nazi y japonesa.
Elisabeth Shue, como la esposa de Hanks en el filme; Stephen Graham (This Is England); Rob Morgan (Stranger Things); y Tom Britney (Outlander) son algunos de los actores que acompañan a Hanks, en su esperada vuelta a los lugares en los que se desarrolló la Segunda Guerra Mundial.
Nota: Greyhound tiene previsto su estreno para el próximo 12 de junio.
Tráiler oficial de Greyhound, por Sony Pictures Entertainment
