Tino Casal y su álbum inédito
El legendario cantante de "Tigre bengalí" vuelve a la actualidad musical veintinueve años después de su fallecimiento, con la edición de lujo de "Origen" (Lemuria Music): un trabajo que permanecía oculto desde 1977, y que nunca fue publicitado por el artista.
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Tino Casal falleció en 1991, por culpa de un accidente de coche; pero sus canciones e inconfundible sonido ha permanecido en la memoria rítmica de miles de seguidores, con independencia de los cortes generacionales.
Eloise, Tigre bengalí, Embrujada, Champú de huevo… El repertorio de este creador asturiano está plagado de hits reconocibles y recordados, himnos en clave tecno-pop de una época tan efervescente como la de la Movida madrileña: casi una década de manifestaciones desafiantes, que influyeron poderosamente en la juventud posfranquista y posdictadura, que proclamaba la libertad artística en todos los órdenes.
Después del brillante recopilatorio titulado Integral, los responsables de Lemuria Music vuelven a acertar con su intención de ofrecer la música de Tino Casal en formato digital, con la presentación de Origen: un disco olvidado en los arcones de los antiguos archivos de Warner en Brasil, que José Celestino Casal Álvarez (Tino Casal) grabó a escondidas en Turín, antes de embarcarse en su exitosa carrera como solista.
Una edición única y limitada para coleccionistas (compuesta por una carpeta doble, con un vinilo escarlata de 200 gramos, un CD y un libro con amplia información y material gráfico) se encarga de señalar que la oportunidad de escuchar tonadas nuevas, en la voz de Casal, merece un producto a la altura del talento poliédrico de semejante autor.
Ni siquiera sus más allegados pueden explicar por qué Tino Casal nunca quiso anunciar que había grabado nueve temas en el estudio turinés de Universal International Music. Quizá la respuesta se encuentre en el sentido exploratorio que despierta el álbum, donde el que fuera vocalista de Los Archiduques juega con gorjeos semejantes a los de The Bee Gees, y bromea sin recato con inspirados accesos circenses y de vodevil.
TINO CASAL PREPARÓ EL CAMINO AL ESTRELLATO
1977, el año en el que está fechada la elaboración de Origen, fue un período determinante en la carrera del músico de Tudela Veguín. En esos intensos trescientos sesenta y cinco días, Casal paseó su curiosidad por Londres, donde se empapó de los modos y el colorismo del glam rock; al tiempo que se dejó seducir por las exaltaciones del arte pop, y su inteligente sublimación de la extravagancia como leitmotiv.
A su regreso a España le esperaba un contrato con Phillips: sello que buscaba hallar a alguien capaz de llenar el vacío dejado por Nino Bravo, tras la trágica muerte de este en 1973. Pero Tino era un artista que escapaba a las fórmulas meramente mercadotécnicas o de imposición industrializada, y por eso no dudó en probar en su garganta y en sus figurados pentagramas los sonidos que marcaban el gusto de las audiencias anglosajonas. Esa necesidad de experimentar, por encima de quedarse en los márgenes de lo tradicional, es lo que probablemente le llevó a idear el material que ahora aparece bajo el título de Origen.
De la discotequera Piel de porcelana a la psicodélica Bye, my friend, de la nostálgica Asturias a la dramática Invierno oscuro; Casal diseña distintos elementos, que posteriormente iban a alimentar su contagioso tecno-pop de los ochenta.
Una de las características que posibilitaron el triunfo de TC, en el panorama rítmico de la nación de Cervantes, estribó en que nunca propuso rupturas especialmente traumáticas, con las modas y los estilos que más vendían en el país de la enseña roja y gualda. Esto queda ampliamente reflejado en Origen, con el apego a las baladas aguerridas y de estrofas sentimentales y apasionadas, reproducidas por trovas tan destacadas como Las flechas o la ya citada Invierno oscuro (temas que no desentonarían con los timbres de Miguel Gallardo, Juan Camacho, Pablo Abraira o Camilo Sesto).
Tras escuchar el disco inédito de Casal queda claro el enriquecedor esqueleto melódico de este icono de la música de los ochenta, el cual estaba fortalecido por la habilidad del artista asturiano para construir líricas contagiosas y aferradas a su tiempo.
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