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Ryan Gosling tuvo su mejor momento profesional entre 2016 y 2018. En ese lapso, el intérprete nacido en el London norteamericano protagonizó la oscarizada cinta La La Land (Damien Chazelle, 2016), Blade Runner 2049 (Denis Villeneuve, 2017) y First Man (Damien Chazelle, 2018): tríada de movies que conformó una figurada montaña rusa de emociones diversas, que a la vez propició el agotamiento artístico del alter ego del romántico Noah Jr. (papel que Gosling encarnó en el film El diario de Noa).
Durante los años de silencio mediados entre 2018 y 2021, el actor canadiense se ha dedicado a estudiar ofertas y guiones, en busca de un proyecto lo suficientemente interesante, como para ponerse al frente de una obra de altura comercial, capaz de enganchar a los espectadores con secuencias espectaculares. Un trabajo que le ha llegado de la mano de los imaginativos hermanos Anthony y Joe Russo (Capitán América: El soldado de invierno), quienes convencieron a Netflix para llevar a las salas de proyección las aventuras de Court Gentry, dentro del largometraje The Gray Man.
Pese a que la idea de trasladar al lenguaje audiovisual las novelas originales de Mark Greaney estaba sometida a estudio desde 2016 (cuando Christopher McQuarrie estaba al frente de las mejores opciones para dirigir la empresa), no fue hasta que los Russo, y su compañía AGBO, pusieron sobre la mesa las credenciales del deslumbrante guion elaborado por Joe Shrapnel, Christopher Markus, Stephen McFeely y Anna Waterhouse, cuando Netflix decidió dar el paso definitivo para narrar las misiones del veterano Court Gentry, en formato de celuloide.
Sin duda alguna, la contratación de Ryan Gosling para encarnar al peligroso y efectivo Court Gentry (una especie de híbrido entre Jack Ryan y Jason Bourne, sumido en una relación de amor odio con la CIA) resultó un aval de entidad potente para generar la confianza financiera adecuada, y encarar -con el nutrido y demandado presupuesto- una película de semejante envergadura.
Un liderazgo artístico que queda completado con la colaboración de rostros tan conocidos como los de Chris Evans (quien caracteriza al antagonista de Gentry, el maquiavélico Lloyd Hansen), Ana de Armas (Puñales por la espalda), Billy Bob Thornton (El hombre que nunca estuvo allí) y Alfre Woodard (Annabelle), entre otros.
RYAN GOSLING ES UN HOMBRE DE ACCIÓN
La historia de The Gray Man retrata la vida en la sombra de Court Gentry (Ryan Gosling): un veterano de la CIA, experto en cumplir las operaciones más arriesgadas; al que le han sometido a un juicio sumarísimo, por culpa de una traición propiciada por sus antiguos compañeros.
Alejado del servicio activo y oficial de la citada organización gubernamental, Gentry es solicitado por sus jefes para rescatar a Sir Donald Fitzroy (Billy Bob Thornton), quien permanece retenido contra su voluntad, en Normandía, Francia. Sin embargo, el plan de los secuestradores va más lejos de lo que Court supone al principio, ya que el objetivo real es que un asesino llamado Lloyd (Chris Evans) acabe con la vida del protagonista, al que un poderoso hombre nigeriano quiere ver muerto.
Ryan Gosling ha tenido que seguir un entrenamiento especial y exigente a nivel físico, para dotar de verosimilitud a un personaje que, además de su poderío atlético y guerrero, igualmente esgrime una existencia plagada de puntos oscuros, que el guion intentará mostrar con convicción.
Los soleados escenarios de Long Beach (California), la aristocrática ciudad de Praga (República Checa) o el castillo de Chantilly, en Francia, son solo algunos de los lugares por los que se desplazará en los próximos meses el nutrido equipo de The Gray Man. Todo para dar el necesario empaque a una saga que espera contentar a miles de espectadores (algunos de ellos, también seguidores de las novelas ideadas por Mark Greaney).
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