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Joaquin Phoenix captó todos los elogios posibles en la industria del cine, después de sorprender al mundo con su espectacular caracterización del desequilibrado Arthur Fleck, más conocido como Joker.
Semejante éxito, refrendado con el correspondiente Oscar al Mejor Actor Principal, probablemente colapsó el radio de acción artística del propio Phoenix: un intérprete que en apariencia se siente más cómodo con producciones pequeñas y de tipo de artesanal, que con proyectos multimillonarios destinados a captar legiones de espectadores. Y eso que incluso Joker, pese a pertenecer al género de las adaptaciones a la pantalla grande de personajes procedentes de los cómics, posee un aroma de film de cuidadosa factura creativa; mantenida en todo el metraje por el brillante pulso audiovisual ejecutado por Todd Phillips (Resacón en Las Vegas).
La explosión mediática ocasionada por la repercusión del citado largo -basado en el enemigo de Batman- llevó al hermano de River a tomarse un tiempo alejado de los sets de rodaje, simplemente para volver a coger aire y energías, con las que afrontar nuevos proyectos y papeles de enjundia y enriquecimiento dramático. Por eso, y mientras los responsables de Joker ya preparan una secuela a la altura de la premiada cinta de Phillips; Joaquin ha querido protagonizar una película de menores ambiciones comerciales. Una obra nutrida por intensas relaciones entre personas de normalidad absoluta, movidas por los sentimientos y los afectos compartidos.
Tal movie lleva por título C’mon C’mon, trabajo de intimistas coordenadas, que dirige el habitualmente efectivo Mike Mills (The Beginners).
Concebido como una guía de viajes con localizaciones repartidas a lo largo y ancho de la extensa geografía de Estados Unidos, el film tiene uno de sus elementos más destacables en la inspirada fotografía del dublinés Robbie Ryan (La favorita); cuya cámara retrata lugares tan heterogéneos a nivel arquitectónico y social como Nueva Orleáns, Nueva York, Los Ángeles y Detroit.
JOAQUIN PHOENIX Y LOS PERSONAJES AL LÍMITE
Producida por A24 Films, C’mon C’mon narra el viaje mantenido por un artista llamado Johnny (Joaquin Phoenix) y su sobrino (Woody Norman): un niño de corta edad, perseguido por el fantasma de un padre bipolar; el cual debe superar las pesadillas que le provocan las situaciones experimentadas en su propio hogar.
El sentido beat de traslado, y de cura a través de los rincones escogidos para construir un posible futuro, conforma cada una de las páginas del libreto ideado por Mills; y que remiten en esencia a las conexiones emotivas de algunos clásicos de la literatura estadounidense. como En el camino y Los vagabundos del Dharma (ambos textos escritos por Jack Kerouac).
El cineasta Mike Mills hace suyas semejantes inspiraciones, y las mezcla ingeniosamente con las que posiblemente le han proporcionado películas tan famosas como Captain Fantastic, Rain Man y Harry y Tonto (sin pasar por alto el probable hermanamiento sensible con la novela de De ratones y hombres, de John Steinbeck); todo para diseñar este paseo por la nación de las barras y estrellas nominado C’mon C’mon: recorrido de trascendencia familiar, visto por los ojos de unos turistas empeñados en localizar el punto necesario desde el que potenciar su curación personal y anímica.
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