Ari Aster no claudica
El cineasta de "Hereditary" y "Midsommar" ha captado la atención mediática durante estos meses, al negarse a acortar la excesiva duración de su tercera película: "Disappointment Blvd.". La cinta no acudió al Festival de Cannes por el conflicto abierto entre el creador y la productora por semejante asunto, y amenaza con perderse también su participación en el próximo Festival de Cine de Venecia.
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Ari Aster, pese a su juventud, ha cimentado su aún breve filmografía sobre la atractiva pasarela de la singularidad y el misterio.
Desde su primera obra en formato de celuloide, la terrorífica y satanista Hereditary, el director neoyorquino se ha caracterizado por no publicitar demasiado los secretos de cada uno de sus contados largometrajes. En una línea de actuación similar a la ejercitada por el magistral Alfred Hitchcock con algunos de sus clásicos de suspense, Aster suele formar una nebulosa certera de sospechas infundadas, respecto a lo que los espectadores se van a encontrar una vez entren en la sala de proyección. Semejante fórmula le sirve al responsable de Midsommar para generar la debida expectación, con una técnica que también era muy utilizada por M. Nght Shyamalan en sus proyectos más antiguos.
No obstante, la última movie ideada por AA no ha levantado el interés únicamente por la indefinición de su trama y género, sino por la excesiva duración de la misma. Ya al comienzo del rodaje, Aster parecía bromear, al anunciar que Disappointment Blvd. iba a desplegar su relato a lo largo de cuatro horas. Sin embargo, nunca hay que tomarse a la ligera las declaraciones de un joven autor con ganas de dejar sellada su impronta en el séptimo arte; ya que, finalmente, la película se ha quedado en un metraje de 210 minutos (treinta minutos menos de su primera intención).
David Lynch con Dune, Francis Ford Coppola con Apocalypse Now, Michael Cimino con Las puertas del cielo, Zack Snyder con La liga de la justicia…. Muchos maestros del celuloide se han visto obligados a retocar el metraje de sus en apariencia intocables creaciones, para poder estrenarlas convenientemente en los cines. Unas decisiones problemáticas, que posteriormente han podido arreglar con las correspondientes ediciones extendidas y los montajes del director, una vez que los respectivos títulos han sido editados en DVD y Blu-Ray.
Pero, pese a tan ilustres precedentes, Aster se niega a pedir cita en la peluquería del montador, para que le corte los mechones sobrantes a Disappointment Blvd. Unas tiranteces que han causado pavor en la productora A24 Films, cuyos responsables ya se plantean la imposibilidad de una explotación adecuada del largo en salas comerciales; lo que les llevaría a recurrir a los visionados selectos, como le sucedió a El irlandés, de Martin Scorsese.
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Salvo por el dato de la duración del film, poco más se conoce de la naturaleza artística de Disappointment Blvd. A tenor de lo que circula por la Red, el tema parece ir parejo a la huidiza y singular existencia de un empresario de éxito, cuya vida privada es un completo caos. Entre los asuntos que este hombre tiene que resolver está el de enterarse de quién era realmente su padre biológico, para lo cual recurre a una investigación paranormal.
Así, con estos renglones imprecisos que pueden virar entre las incógnitas tenebristas de El quimérico inquilino y la vertiente sobrenatural de La trama, Disappointment Blvd. ha desarrollado su rodaje en la ciudad canadiense de Montreal, dentro del barrio Saint-Bruno-de-Montarville. Allí, entre sus fachadas de inspiración colonial, se ha podido distinguir a un Joaquin Phoenix visiblemente envejecido y con algunos kilos de más, mientras pasea en pijama y bata ante el objetico de la cámara del fotógrafo Pawel Pogorzelski.
Junto a Phoenix, Nathan Lane (Una jaula de grillos), Patti LuPone (Único testigo), Amy Ryan (Un espía y medio) y Parker Posey (Bienvenido a casa), entre otros, completan un elenco compuesto por rostros conocidos, implicados en el peculiar proyecto de comedia de terror validado por AA.
La transformación psicológica del personaje interpretado por Joaquin Phoenix, amenizada con su comportamiento extraño y sus actitudes sacadas de contexto, parece ser el motor argumental de una cinta que -conforme a la fórmula orquestada por Aster– guarda más de un secreto, tras la conjunción encadenada de sus fotogramas.
Solo cabe esperar que el tira y afloja del director y la productora llegue a un acuerdo razonable, y los espectadores puedan al fin descubrir la tercera obra del responsable de Hereditary y Midsommar.
