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Ewan McGregor viaja a la Judea de Jesús de Nazareth en Last Days in the Desert, para contar lo que ocurrió durante la peregrinación por el desierto del Hijo de Dios. El protagonista de Trainspotting encarna a un Cristo dubitativo, marcado por las huellas del impenitente sol y perseguido por el Diablo, cuya figurada cornamenta se esconde entre las piedras yermas del inhóspito lugar. El colombiano Rodrigo García dirige esta aproximación al Mesías, filme que llegará a las carteleras españolas el próximo 13 de octubre.
Cuarenta jornadas rodeado de alimañas, y desamparado ante la faz más salvaje y destructiva de la naturaleza. Así se presentó el vástago de María y José durante su estancia voluntaria en las inmensas extensiones del desierto de Galilea; un encuentro con la más absoluta soledad en el que tuvo que soslayar las numerosas tentaciones promovidas por el Maligno, siempre presto a acabar con la divinidad del rabí nacido en Belén.
Esos aciagos días conforman el núcleo central del guion de Last Days in the Desert, película que el sudamericano Rodrigo García (Madres e hijas) diseña con el punto de vista de la exploración dramática, no muy sujeto a los textos provenientes de La Biblia.
Mucho más cercana a La última tentación de Cristo (Martin Scorsese, 1988) que al Nuevo Testamento, la movie del responsable de Albert Nobbs se siente más cómoda en las libertades escénicas de la cintas de arte y ensayo, donde es posible teorizar sin cortapisas respecto a los pensamientos de Jesús de Nazareth, en medio de las temperaturas extremas y de las desilusiones alucinatorias.
EWAN McGREGOR EMULA A JOHNNY DEPP
Como si fuera un manual de la corrupción, los cuarenta días pasados por Cristo en los desnudos paisajes del desierto de Galilea estuvieron marcados por las continuas interrupciones de Satanás. El Ángel Caído hizo todo lo posible para que su ilustre compañero cediera, y desistiera en su empeño por iniciar el camino hacia la salvación de la humanidad. Pero las artimañas de Belcebú no surtieron el efecto deseado.
García pretende ir más allá de las estampas ofrecidas por el Libro Sagrado. El cineasta de Bogotá monta una completa epopeya de introspección, en la que no faltan las secuencias de efectos especiales (el enfrentamiento con una jauría de lobos estaría en esta línea) ni los alardes metafísicos. Una odisea hacia la reafirmación personal, para la que RG ha echado mano del oscarizado técnico de sonido Skip Lievsay (Gravity).
Las limitaciones propias de un argumento basado en las aisladas reflexiones de Jesucristo, obliga al autor de Nueva vidas a inventar todo un engranaje de personajes, que caminan entre la realidad y la pesadilla. Grupo activo en el que aparece una familia de nómadas, conjuntada por el Padre (Ciarán Hinds), el Hijo (Tye Sheridan) y la Madre (Ayelet Zurer). A este clan se une la presencia de una fémina poseída (Susan Gray) y del propio McGregor dando la réplica a su caracterización de Jesús, en la piel de El Demonio.
Precisamente, el recurso usado por García recuerda vagamente al orquestado por Gore Verbinski en Piratas del Caribe: En el fin del mundo, cuando multiplicó a Jack Sparow (Johnny Depp) antes de ser rescatado del reino del Más Allá.
Interesante en su planteamiento, Last Days in the Desert no cuajó demasiado en el público y la crítica, tras su presentación en el pasado Festival de Sundance. Tibieza que, por lo menos, tampoco generó demasiadas controversias religiosas entre los aficionados.
Tráiler oficial de Last Days in the Desert, por Broad Green Pictures
Más información
http://www.lastdaysinthedesert.com
