Ralph Fiennes, en El Vaticano
El protagonista de "El paciente inglés" protagoniza "Cónclave": un thriller ambientado en el interior del Vaticano, inspirado en la novela homónima del británico Robert Harris. El alemán Edward Berger (Sin novedad en el frente) dirige esta intensa historia de traiciones y secretos, cuyo argumento recuerda vagamente al de "Las sandalias del pescador" y al de "El nuevo Papa".
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Ralph Fiennes se ha especializado en deconstruir personajes complejos, con el fin de mostrar en la pantalla sus vulnerabilidades, sus miedos, sus fortalezas, sus dudas, sus desilusiones y sus actitudes frente a las diferentes sociedades en las que estos deben desenvolverse.
Semejante entrenamiento dramático ha permitido al intérprete británico meterse en la psique de una gran cantidad de roles laberínticos, los cuales se mueven con profunda incertidumbre, por escenarios concebidos para anular los comportamientos ajenos a las normas establecidas por las comunidades en la que estos habitan. Precisamente, una de esas colectividades con márgenes rocosos y protocolo austero y misterioso lo representa la curia vaticana, el sitio en el que Fiennes debe defender su última caracterización: la del cardinal Lomeli, en el film Cónclave.
Basado en la novela homónima del escritor británico Robert Harris, el guion de la película (elaborado por Peter Straughan) sigue los vericuetos de un cónclave cargado de rencillas y movimientos interesados, en el que ciento dieciocho cardenales deben escoger al nuevo Papa, tras el fallecimiento del anterior Sumo Pontífice.
El alemán Edward Berger (Deutschland 83) es el encargado de trasladar a imágenes en movimiento la impactante trama ideada por Robert Harris en 2016: un detallado compendio de los pasos que siguen los altos prelados católicos, hasta que se ponen de acuerdo para lanzar la ansiada fumata blanca.
Aún no se ha comunicado a la prensa si el equipo del largometraje podrá tener acceso a alguna de las localizaciones del Vaticano que aparecen en el libro original, ya que es bastante complicado conseguir los permisos necesarios para grabar en el seno de la iglesia católica. Lo más probable es que FilmNation Entertainment y Tessa Ross’ House Productions construyan enormes y convincentes decorados, como antes que Berger hicieron Ron Howard, en Ángeles y demonios, y Fernando Meirelles, en Los dos papas.
RALPH FIENNES EMULA AL CARDENAL LEONE DE LEO McKERN, PERO CON UNA ACTITUD MENOS DOGMÁTICA
Considerada por muchos como una novela algo agotadora de leer, debido sobre todo a las abundantes descripciones de los procedimientos en las elecciones de los líderes de la Iglesia de Roma, Cónclave destaca por subirse al generoso carro del thriller de inusitados giros dramáticos, muchas veces enlazados con los destinos un tanto perturbadores de la doctrina vaticana.
Con estos elementos, Harris compuso una red de estereotipados cardenales, entre los que sobresalían el ambicioso representante estadounidense y el retrógrado y conservador cardenal procedente de África. Un rompecabezas que el respectado cardenal Lomeli (Ralph Fiennes) debe mantener a salvo de peleas intestinas teñidas de morado, mientras procura preservar de la opinión pública un secreto demoledor, que afecta al Papa fallecido.
En similar sintonía a la mostrada por Leo McKern en Las sandalias del pescador (Michael Anderson, 1968), cuando encarnó al dolido y envidioso cardenal Leone, Ralph Fiennes ejecuta la labor detectivesca y psicológica de Lomeli haciendo valer su cercanía con el anterior Sumo Pontífice, y el conocimiento que tiene de todos los electores/elegibles vestidos de púrpura.
Una ardua tarea en la que estará amenazado por el ambicioso cardenal Trembly (John Lithgow) y el poderoso cardenal Bellini (Stanley Tucci), entre otros.
Cónclave está todavía en un estado demasiado embrionario, por lo que habrá que aguardar un tiempo para comprobar si sus tesis van en la dirección de El nuevo Papa, o bien se quedan en el retrato más especulativo y reflexivo de Las sandalias del pescador. No obstante, el texto de Harris da una idea más o menos exacta de lo que los espectadores pueden encontrar en la obra de Berger.
