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Nicole Kidman da el sí a la pequeña pantalla, siempre avalada por el trabajo de un cineasta de renombre y un presupuesto en consonancia con su caché.
Tras terminar la experiencia al lado de Jane Campion, en Top of the Lake; la ex de Tom Cruise vuelve a liderar el elenco de una producción pensada para ser emitida en la mal llamada caja tonta.
Big Little Lies es el título de la obra que la australiana de adopción acaba de finalizar para HBO, en la que ha trabajado a las órdenes de Jean-Marc Vallée (Dallas Buyers Club).
Nunca es oro todo lo que reluce en la existencia de las personas.
Incluso en las zonas residenciales de índole familiar es posible encontrar puntos oscuros de comportamiento aberrante. Máxime si el país en cuestión es Estados Unidos (que nadie sea mal pensado, ya que el comentario no viene a tenor de la elección presidencial de Donald Trump). Esta tierra de barras y estrellas domina las parrillas de la programación de sobremesa televisiva durante los fines de semana, con sus historias sobre madres asesinas, padres psicópatas y adolescentes ansiosos por clavar cuchillos y disparar pistolas.
La escritora australiana Liane Moriarty ha estudiado a fondo las entrañas de los suspenses en hogares con apariencia de normalidad. Y, con las conclusiones extraídas, elaboró un libro titulado Big Little Lies: una crónica sobre tres féminas con hijos pequeños, que se hacen amigas sin saber que sus respectivos destinos están unidos por un mismo hombre.
Con un tono pastel desconcertante, el director Jean-Marc Vallée se acerca al drama interno de Celeste Wright (Nicole Kidman), Madeline Martha Mackenzie (Reese Witherspoon) y Jane Chapman (Shailene Woodley): un tríptico humano que, a lo largo de siete episodios, tendrá en vilo a los espectadores la próxima temporada de 2017.
NICOLE KIDMAN QUIERE BUENOS PERSONAJES
Cercana a los cincuenta años, la oscarizada intérprete de Las horas no desaprovecha la oportunidad para meterse de lleno en proyectos que la emocionen, los cuales empiezan a escasear en su agenda cinematográfica debido a su edad. Ese es el motivo por el que NK ha empezado a virar profesionalmente hacia la TV, con el fin de demostrar que aún acredita el talento de antaño.
Big Little Lies, la serie creada por el efectivo David E. Kelly (responsable de Picket Fences, Chicago Hope y Ally McBeal) llamó pronto la atención de Nicole, quien se quedó enganchada con la fuerza escénica del papel que los responsables de la historia le ofrecieron: el de la atemorizada y frágil Celeste.
Ambientada en una zona idealizada de clases medias asentadas en el lujo, la trama arranca con la llegada a la Pirriwee Public School de un niño llamado Ziggy, y de su madre Jane. Ella es una progenitora soltera, que tuvo al pequeño tras una borrachera amenizada con una noche de sexo puntual.
En el citado centro de enseñanza, la fémina traba amistad con Celeste y Madeline. La primera es una persona maltratada psicológicamente por su rico marido, mientras que la segunda no puede aguantar la obligación de que su hija pase parte de su tiempo con su ex y la nueva pareja de éste.
Un asunto de bullying en la escuela y un sinfín de descubrimientos sorprendentes acabarán con un asesinato y muchas delaciones de por medio. Toda una espiral sorpresiva, en la que las tres señoras que protagonizan el guion reafirman su necesidad de ir más allá de las falsas apariencias.
Enérgica y aguerrida, la historia narrada por Moriarty impactó a los lectores por su capacidad para sembrar de minas incluso los entornos más seguros. Hazaña que Vallée espera haber trasladado convenientemente al lenguaje audiovisual.
Teaser oficial de Big Little Lies, por HBO
