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Elle Fanning da el tipo perfecto como heroína decimonónica, como si estuviera salida de las páginas de una novela de las hermanas Brontë o de las borrascosas historias de Thomas Hardy.
Puede que la hermana pequeña de Dakota Fanning no acredite un parecido físico muy similar al de Mary Wollstonecraft Godwin, si nos atenemos al retrato que Richard Rothwell hizo de ella en 1840; pero la joven Elle no ha querido reproducir una mera fotocopia del original; sino volar más allá de la realidad, para posar su visión en la faz de una muchacha de corazón libertario y mirada ensoñadora, que cayó enamorada del talento poético del genial Percy Shelly cuando apenas había dejado de jugar con muñecas.
Así es como lo ha escenificado la directora saudí Haifaa Al-Mansour (La bicicleta verde), en el filme Mary Shelley: una película que refleja los primeros años en la vida adulta de la autora de Frankenstein, cuando a las diecisiete primaveras conoció al excelso creador que sería su esposo (solo un lustro mayor que ella).
Los paisajes agrestes de una Inglaterra marcada por los condicionantes sociales (como era el país isleño, en la primera mitad del siglo XIX) conforman el escenario principal de esta intensa obra, que evoluciona por medio de los aspectos sentimentales de la relación mantenida entre Mary y Percy: un amor con pocos visos de durar en el tiempo, más que nada por el carácter autodestructivo del poeta.
ELLE FANNING Y EL IDEAL ROMÁNTICO
Cuando en 1816, Mary, Percy, Lord Byron, el doctor Polidori y Claire Clairmont se encerraron en la hacienda que habían alquilado en un lago cerca de Ginebra; la genialidad desatada por ellos dio como resultado pensamientos de brillante goticismo, y moldeó en la mente de Mary el esqueleto de lo que posteriormente se convirtió en Frankenstein.
Un texto que reveló la brillantez expositiva de la mujer que plasmó parte de sus sufrimientos enquistados en su ser en la figura de un Prometeo con los miembros cosidos, y que demostró el talento de una escritora portentosa, capaz de reflexionar sobre el origen de la vida humana.
Pero el guion de la australiana Emma Jensen no se queda simplemente en el acontecimiento más resaltable de la carrera literaria de Mary Shelley, sino que transporta su discurso a la relación completa que la narradora mantuvo con el trágico e irreductible Percy Bysshe Shelley.
Un viaje sensitivo que comienza con el primer encuentro de la pareja, en 1814: momento en que la hija del político William Godwin se quedó prendada del joven rapsoda amigo de su padre, a pesar de que él estaba casado en esa época. Precisamente, debido al descrédito de una unión adúltera, los amantes tuvieron que huir de las críticas fuera de Gran Bretaña; hasta que la esposa de Shelley se suicidó, y los dos formalizaron su relación.
Elle Fanning afronta el personaje de Mary con toda la carga de admiración, y de entrega casi adolescente, que la autora proyectó hacia el atractivo Percy.
Para ello, Haifaa Al-Mansour trabajó con la actriz desde la perspectiva de las asunciones del género romántico, simplemente para dibujar la psique de una dama que equilibrara la fragilidad y comportamiento propio de las señoritas de su condición y cuna en la Inglaterra del XIX, con los trazos de una mujer adelantada a sus congéneres en cuanto a pensamiento y filosofía activa.
Al lado de Fanning, Douglas Booth (Grandes esperanzas) interpreta a un Percy Shelley tintado con los grises de los espíritus destinados a morir jóvenes; lo que da unas pinceladas emulsivas, de dramatismo atrayente, a la química que este despliega con Elle.
Tom Sturridge (como Lord Byron), Ben Hardy (como John Polidori) y Stephen Dillane (como William Godwin) son otros de los actores que completan el reparto de esta película, que comenzó a circular en el mercado audiovisual bajo el título de A Storm in the Stars; y que ha acabado siendo bautizada como Mary Shelley.
Nota.- Mary Shelley llegará a las salas españolas el próximo 13 de julio de 2018.
