Kate Morton vuelve a los misterios intemporales con “La hija del relojero”

La escritora australiana continúa con su apego a la tradición victoriana y a los viajes entre centurias, en su nueva novela.

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Kate Morton ofrece un apasionante relato dividido por una frontera de unos 150 años
Kate Morton ofrece un apasionante relato, dividido por una frontera de unos 150 años

Kate Morton es una autora coherente y sincera, a la hora de planificar las historias que conforman su aún escasa carrera en la literatura.

La narradora australiana nunca ha escondido su predilección por las épocas victoriana, eduardina y de la regencia en Gran Bretaña; y aprovecha sus brillantes conocimientos de esos períodos históricos para ensamblar escenarios en los que los personajes viven asesinatos ocultos, amores traicionados y separaciones dolorosas.

Unos ingredientes dramáticos que adquieren mayor fuerza cuando Morton los enfrenta a la época actual, como si el paso del tiempo aportara la claridad de las perspectivas diferentes; y a la vez dictaminara juicios objetivos y resolutivos sobre los errores pretéritos.

The Clockmaker’s Daughter (La hija del relojero) sigue fielmente la línea descrita. Senda que le sirve a KM para elaborar, con los elementos mencionados, el citado choque entre centurias; y que ha convertido a la literata nacida en Berri en uno de los referentes de las tramas partidas por una disección activa.

Un subgénero agradecido por la admiración despertada entre las audiencias, y que vertebra su interés en el romanticismo preciso y protagónico, propio de un mundo de pasiones desatadas en salones de moda y casas señoriales.

 

Kate Morton es una de las autoras más seguidas dentro del suspense romántico e histórico
Kate Morton es una de las autoras más seguidas dentro del suspense romántico e histórico

La verdad sobre ese verano, nadie la conoce“, escribe Kate Morton, al comienzo de The Clockmaker’s Daughter.

Una frase que abre la puerta de la imaginación a los lectores, para que estos conozcan los acontecimientos incluidos en el libro a través de la guía precisa de un personaje formado más por sombras que por rasgos bien definidos, y que supuestamente responde al nombre de Birdie Bell.

KATE MORTON RESUELVE ASUNTOS DEL PASADO

Mi padre me llamaba Birdie; me decía que era su pequeño pájaro. Otros me conocían de niña como la hija del relojero. Edward me llamaba su musa, su destino. Sin embargo, soy recordada como una ladrona, una impostora, una chica que voló por encima de sus posibilidades y que no era pura. Mi nombre real, nadie lo recuerda…“.

Estas palabras sirven para introducir en la historia a la atrayente Birdie Bell: una mujer que opta por enmascarar su verdadera faz. Fórmula de progresivos descubrimientos, que ya usaron anteriormente novelistas como William Makepeace Thackeray, en La feria de las vanidades; y Daphne Du Maurier, en Rebeca.

Kate Morton inicia la acción de "The Clockmaker's Daughter" en 1862
Kate Morton inicia la acción de “The Clockmaker’s Daughter” en 1862

Semejante técnica narrativa le sirve a Kate Morton para arrancar el argumento de The Clockmaker’s Daughter en el verano de 1862.

La creadora oceánica sitúa la acción en Londres, el centro de gravedad social en el que el brillante Edward Radcliffe está llamado a triunfar, como luz consagrada de un grupo de jóvenes artistas.

Este individuo parece tocado con la varita del éxito, determinado a dejar su huella en el mundo desde su espectacular propiedad en Birchwood Manor; sin embargo, un turbio asesinato dará al traste con la fama y el apogeo del citado personaje.

Cerca de 150 años después de los hechos mencionados, la archivista londinense Elodie Winslow descubre una misteriosa caja, que contiene la foto en sepia y borrosa de una bella y elegante mujer vestida como en la época victoriana, a la que acompañan otros documentos y bocetos. Con estos objetos, la muchacha comenzará a hilar los diferentes acontecimientos sucedidos en 1862, y sus aclaraciones contribuirán a dotar de una presencia real a la escurridiza y desconocida Birdie Bell.

Kate Morton intentará una vez más con The Clockmaker’s Daughter trasladar a sus seguidores a dos universos diferentes y, a la vez, mucho más coincidentes en esencia de lo que pudiera parecer al principio.

Un tour programado y milimétrico por la intrahistoria de un grupo de seres maleados por el infortunio, que tiene su meta en la sorprendente corporeidad de La hija del relojero.

Nota.- La hija del relojero llegará a las librerías de Australia y Nueva Zelanda el próximo 12 de septiembre de 2018.

 

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