Chagall abre la ventana de su inspiración en el Guggenheim de Bilbao

El museo ubicado en el País Vasco presenta una vasta e insólita exhibición, centrada en los trabajos que el artista ruso realizó entre 1911 y 1919

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Chagall revela sus obsiones primerizas en el Guggenheim de Bilbao/ Foto: "Homenaje a Apollinaire", 1913/ Peter Cox, Eindhoven, Países Bajos/ Marc Chagall/ Vagap Bilbao 2018
Chagall revela sus obsiones primerizas, en el Guggenheim de Bilbao/ Foto: “Homenaje a Apollinaire”, 1913/ Peter Cox, Eindhoven, Países Bajos/ Marc Chagall/ Vagap Bilbao 2018

Chagall bien podría ser definido por su trayectoria como un Don Quijote de la pintura; más que nada por su afán de visibilizar mundos que únicamente existían en su portentosa mente, plagada de mitologías cercanas y sentimentales.

El creador nacido en Vítebsk (zona perteneciente a la Rusia zarista, en la época de 1887) luchó contra sus cromáticos y lumínicos molinos de viento, con su paleta de sueños grises y cromáticos como única armadura. Y el resultado fue un sinfín de imágenes magnéticas y profundas, en las que cualquier trazo y línea se comportan como jirones de almas penitentes; o como rastros candentes de una autobiografía escrita a base de pigmentos.

Las obras de Chagall calan en la retina de los espectadores como páginas de un diario de enfoques cambiantes, marcado por las vivencias de un artista que huyó de la simplificación de las corrientes generacionales de su tiempo.

Esa naturaleza, eminentemente inspiradora y existencial que presentan las pinturas del autor de El cumpleaños, es lo que ha animado al Museo Guggenheim de Bilbao a montar la ilustrativa e impactante muestra titulada Chagall. Los años decisivos, de 1911 a 1919.

Un laberinto de piezas elaboradas por el pintor ruso durante su etapa de juventud, y en la que quedan reflejadas las obsesiones de MCh por la guerra, la familia, la religiosidad judaica y las vanguardias parisinas.

Chagall desarrolló una manera perticular de entender el arte/ Foto: Museo Guggenheim de Bilbao
Chagall desarrolló una manera particular de entender el arte/ Foto: Museo Guggenheim de Bilbao

En 1911, Chagall tenía simplemente veinticuatro años; pero su pincel ya gozaba de la personalidad elocuente de alguien que se sentía fuera de las mareas plásticas.

Un individuo que bebió en las aguas del Cubismo, el Expresionismo, el Surrealismo y el Simbolismo; y que con sus exploraciones dio forma a un universo inmenso de rostros agudos y enigmáticos, dibujos de agresiva conciencia social, y paisajes surcados por la nostalgia peregrina de un creador en busca continua de la identidad humana.

CHAGALL Y SUS ENSOÑACIONES

La exposición que presenta el Museo Guggenheim comienza su recorrido en 1911; un año trascendental en el currículo y la historia de Marc Chagall, ya que fue el momento en que el artista plástico se instaló en París.

Primero desde Montparnasse, y después desde su estudio de La Rouche; el pintor tuvo la oportunidad de establecer relaciones de amistad con compañeros tan determinantes en su estilo como Pablo Picasso, Robert y Sonia Delaunay y Jacques Lipchitz.

A través del conocimiento de las vanguardias de comienzos del siglo XX y de sus excursiones al Museo del Louvre, Chagall diseñó un bosque de colores desafiantes, abstracciones inundadas con salvajismo acerado, introspecciones dotadas de movimiento y vértigo pasional, y basamentos espirituales sellados con las visiones deformadoras del cambio.

Chagall usó su manera de ver el mundo para intentar plasmar su búrqueda interior/ Foto: Museo Guggenheim de Bilbao
Chagall usó su manera de ver el mundo para intentar plasmar su búsqueda interior/ Foto: Museo Guggenheim de Bilbao

Tras la etapa parisina, la exhibición del centro vasco (programada en colaboración con el Kunstmuseum Basel y la Fundación BBVA) sigue la senda de las musas del creador eslavo por los años en que tuvieron lugar la Primera Guerra Mundial y la Revolución rusa: dos acontecimientos que determinaron en gran manera el viraje en el trabajo de Chagall.

Pinto lo que veo desde la ventana“, llegó a confesar el responsable de El vendedor de ganado. Y lo que atisbó entre 1914 y 1919 fue un cúmulo de escenas cotidianas y de familia, mezcladas con la universal herida de los soldados moribundos y las hambrunas infernales.

El Museo Guggenheim acompaña tales estampas del horror humano (algunas de ellas cercanas a la serie de Los desastres de la guerra de Goya, aunque con un toque más simbólico que explícito) y las obras de la etapa parisina con audios, en los que la voz de Marc Chagall ilustra a los visitantes sobre las obsesiones del creador de Vítebsk. Narración que da pie a contemplar también la selección fotográfica sobre la comunidad judía realizada por el histórico Solomon Yudovin, y que el centro vasco sirve como sorprendente apéndice emocional.

Todo ello completado con la composición musical Vítebsk. Study on a Jewish Theme, de Aaron Copland.

Nota.- Chagall.- Los años decisivos. 1911-1919 estará abierta en el Museo Guggenheim de Bilbao hasta el próximo 2 de septiembre de 2018.

Chagall realizó numerosos dibujos relativos a la Primera Guerra Mundial/ Foto: Museo Guggenheim de Bilbao
Chagall realizó numerosos dibujos relativos a la Primera Guerra Mundial/ Foto: Museo Guggenheim de Bilbao

Más información, entradas y horarios en

https://www.guggenheim-bilbao.eus

 

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