1984, en versión feminista

1984 vuelve a las librerías con una nueva perspectiva, elaborada por la escritora estadounidense Sandra Newman. "Julia" (Ediciones Destino) es el título de este imaginativo viaje al universo dictatorial comandado por El Gran Hermano, en el que la protagonista es la mujer que se atrevió a burlar la férrea vigilancia de la policía de la moral, al lado del asfixiado Winston Smith. Este interesante texto sirve también para celebrar los setenta y cinco años que distan desde la publicación inicial de "1984", de George Orwell.

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1984
1984 adquiere, en “Julia”, una dimensión diferente a la expuesta por George Orwell en la novela original.

Sandra Newman fue una de las lectoras que se quedó con la duda sobre qué le sucedió a la desencantada Julia Worthing, cuando su historia de amor prohibido fue descubierta por las férreas autoridades de Airstrip One.

Según George Orwell, los impulsos libertarios de Julia y de su pareja ocasional (Winston) fueron sepultados salvajemente por los poderes represores y autoritarios de una Gran Bretaña represora, un país empeñado en coartar la capacidad para pensar de sus habitantes, más allá de las consignas propagadas por el partido único.

Bajo el yugo del inquietante y mediático Gran Hermano, todos los intentos por escapar de la alienación colectiva -bien desde el punto de vista del intelecto, como por parte del ámbito sentimental- son susceptibles de ser perseguidos y silenciados con el uso psicótico de técnicas agresivas y contundentes de alienación.

La distopía diseñada por George Orwell en 1984 supo comprender con sagacidad e inteligencia los peligros de los futuros inciertos, inspirados en las dictaduras atemorizantes propugnadas por Adolf Hitler y Stalin, y construidos sobre los pilares disuasorios de una Guerra Fría dual, obsesionada en dividir la Tierra con la fórmula dicotómica de capitalismo y comunismo.

En 1949, año en que 1984 fue publicado, el mundo tendía a los posicionamientos a hierro forjado, carente de fisuras alejadas de los mensajes dogmáticos de los dirigentes de turno. En ese ecosistema, los países tendían a acercarse a la esfera falsamente ensoñadora comandada por Estados Unidos, o a la órbita granítica e intimidante de la Unión Soviética; al tiempo que se castigaban con virulencia las disensiones de las personas y de los distintos países aliados con uno u otro boque ideológico.

Los setenta y cinco años que distan de la primera edición del impactante 1984 de George Orwell no han mermado la vigencia de sus tesis rectoras, sino que estas se han visto incluso reforzadas con el presente ascenso de los movimientos de ultraderecha, los populismos encabezados por Donald Trump y el ocaso de las libertades individuales promulgado con sutileza por el imperio de las redes sociales.

Sandra Newman aprovecha semejante caldo de cultivo para confeccionar Julia, obra con la que espera generar una línea argumental complementaria con la fascinante narración pensada por el autor de Rebelión en la granja.

1984
1984 no ha perdido su identificación con la actualidad, a pesar de las décadas transcurridas desde su aparición original.

Semejante reencuentro con la nación transatlántica de Oceanía se produce con el propósito de ahondar en el tapiz afectivo de Julia Worthing: la mecánica que trabaja sin ilusiones en el departamento de la ficción del inflexible Ministerio de la Verdad. Allí, la protagonista lucha por no sucumbir a la desolación diaria que padece, mientras acalla los accesos de salir corriendo en cualquier dirección, siempre con el horizonte de lo desconocido como única brújula válida.

1984 TIENE EN JULIA UNA LECTURA DIFERENTE, COMPATIBLE EN ESENCIA CON LA DESOLACIÓN HUMANA EXPUESTA POR GEORGE ORWELL

Tras dar a conocer 1984, George Orwell puso en claro su visión de la sociedad del futuro, con el alumbramiento de un mundo empeñado en cercenar el intelecto humano. En ese universo voluntariamente distópico coincidente con el de Un mundo feliz, de Aldous Huxley, la propaganda institucional se erige como enemiga de las libertades individuales, en consonancia con los rastros que dejaron en Europa muchas de las tenebrosas e infernales dictaduras de la primera mitad del siglo XX.

El cosmos descrito en 1984 parece elaborado a partir del molde de la actualidad que experimentaba en ese momento el autor de La hija del reverendo, y esos signos de desafección y desconfianza en la mejoría de los hombres y mujeres imprimen al texto una veracidad y coherencia imposibles de silenciar.

Sandra Newman tuvo muy claro desde el principio de la gestación de Julia que el reinado del Gran Hermano es perfectamente identificable como posible en este extraño tercer milenio, tecnificado en su osamenta de neón y hambriento de críticas acertadas.

Por los motivos descritos, Newman reivindica con fuerza, ahora bajo la perspectiva de una heroína, la singular y coherente distopía ideada por Orwell; y lo hace con la misión de despertar de su duermevela a los perdidos internautas del siglo XXI, los cuales aceptan las consignas de los poderes fácticos en un grado similar al que Julia y Winston entregan sus esperanzas .

1984
1984 describe una verosímil y coherente distopía social.

En Julia, cuando la protagonista desliza una simple nota en el bolsillo del uniforme de Winston es como si esta se rebelara contra las enseñanzas que ha recibido desde la cuna, lo que la convierte en una Eva que atenta contra la malgastada existencia que JW lleva en el falso Paraíso de las convenciones vigiladas por el Gran Hermano. Ese acto inocente y pasional se atisba también como una chispa que enciende los corazones dormidos de dos personas (Winston y Julia), ansiosas por conocer algo más emocionante que la anodina rutina a la que les han condenado sus intocables gobernantes.

Imprevisible y enérgica, la novela de Sandra Newman acierta a la hora de nutrirse de las emociones analíticas expuestas por el magistral Orwell, y las refuerza con un poso de femineidad aguerrida, que sitúa el texto en el umbral contestatario y autodestructivo de El cuento de la doncella, de Margaret Atwood.

Más información en

https://www.planetadelibros.com

 

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