Vincent van Gogh y su pasión oriental

El Museo Van Gogh de Ámsterdam (Holanda) dedica una amplia muestra a la obsesión que el pintor de "Los girasoles" sintió hacia el arte japonés.

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Van Gogh acogió el arte japonés como un regreso a la pintura primigenia/ Foto: Van Gogh Museum
Vincent van Gogh acogió el arte japonés como un regreso a la pintura primigenia/ Foto: Van Gogh Museum

Vincent van Gogh siempre comprometió su paleta en busca de la sinceridad a golpe de pigmento: un acceso de veracidad despojado de intermediarios socializadores, que unía en singular matrimonio la naturaleza circundante y el deseo de primitivismo.

Volver a los orígenes, tal fue el sueño del genial creador postimpresionista; y ante semejante meta doblegó su concepción de los lienzos, y su paleta hervida en aglutinantes cegadores.

Precisamente, en esa aventura por recuperar las sensaciones pretéritas (divorciadas de corrientes generacionales y academicismo militante), Van Gogh recaló en los paisajes imaginativos del arte manufacturado en el país del Sol Naciente; como una balsa de Medusa, desde la que hundir su pincel rebelde dentro de la tierra que soportaba el caballete, para inmortalizar atmósferas silenciadas por los laberintos de la civilización aburguesada y eufemística.

El arte japonés es algo como el arte primitivo, como los griegos, como nuestros antiguos maestros holandeses, como Rembrandt, Potter, Hals, Vermeer, Ostade, Ruisdael. No tiene fin“, escribió Van Gogh a su hermano Theo, en una carta fechada el 15 de julio de 1888, enviada desde su residencia en Arlés.

Van Gogh recreó muchos de los elementos de las xilografías niponas para algunas de sus obras/ Foto: Van Gogh Museum
Vincent van Gogh recreó muchos de los elementos de las xilografías niponas, para incluirlos en algunas de sus obras/ Foto: Van Gogh Museum

La brújula profesional del responsable de Noche estrellada estaba imantada por los horizontes de los colores vibrantes: guía peregrina que le llevó al sur de Francia, región a la que el creador de los Países Bajos asociaba como la cuna del arte del futuro, y de la revelación del ansiado primitivismo.

Con semejantes piezas, el hermano de Theo diseñó un figurado mapa de singulares emociones visuales, que el Museo Van Gogh traza con notables resultados en la muestra Mirada japonesa.

VINCENT VAN GOGH Y SUS ESTAMPAS DEL PERIODO MEIJI

Desde su habitación en Arlés, Vincent van Gogh alternó los soleados atardeceres de este enclave galo con los sinuosos estampados de los kimonos, y los maquillajes desafiantes de las geishas. Las más de 600 imágenes que el compatriota de Vermeer atesoró de Japón le abrieron la mente a un escenario que nunca pisó en la vida real, pero que construyó con singular autonomía activa en su pensamiento, a través de naturalezas soñadas y determinantes.

El arte japonés nos hace volver a la naturaleza, a pesar de nuestra educación y nuestro trabajo en este mundo convencional“, escribió a su hermano Theo, en una carta fechada entre el 23 y el 24 de septiembre de 1888.

Van Gogh halló la inspiración para continuar a través de los maestros japoneses/ Foto: Van Gogh Museum
Vincent van Gogh halló la inspiración para profundizar en su trabajo a través de los maestros japoneses/ Foto: Van Gogh Museum

Picasso, Matisse, Gaugin o Émile Bernard; muchos fueron los compañeros del artista neerlandés que acogieron el orientalismo como un vehículo ideal para captar la sencillez perdida, y que -según ellos- debía regir las directrices libertarias de la paleta y el pincel.

El elemento de comprensión sensible, que los pintores nipones desplegaron a partir del período Meiji hacia los movimientos plásticos europeos, hermanó en cierta manera las huellas de los dos universos; y les hizo cómplices de una aldea global espoleada por las atmósferas envolventes.

Esos decorados de paz absorbente y artesanal mediatizaron -en cierta forma- la mirada japonesa de Vincent van Gogh, y llenaron las obras del irreductible genio postimpresionista con un fulgor enérgico y retador.

Unas brasas de inextinguible calor humano, que descubren nuevas perspectivas entre los trazos invisibles de las existencias sin caretas ni disfraces.

Nota.- Van Gogh, mirada japonesa estará en el Museo Van Gogh de Ámsterdam hasta el próximo 24 de junio de 2018.

Van Gogh estudió a conciencia las láminas que coleccionó provenientes de Japón/ Foto: Museo Van Gogh
Vincent van Gogh estudió a conciencia las láminas que coleccionó provenientes de Japón/ Foto: Museo Van Gogh
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