Marlene Dumas lleva a Londres sus criaturas de la noche
Marlene Dumas instala sus obras desencajadas en la Tate Modern de la urbe del Támesis. La muestra, que lleva por título The Image As Burden, estará abierta hasta el próximo 10 de mayo.
Retratar a los fantasmas, con colores transparentes, como páginas borradas sobre historias a las que el tiempo sume en la más completa de las tristezas.
Dentro de esas inspiraciones -con carraspera de ánimas sin descanso- es donde las obras de Marlene Dumas (Ciudad del Cabo, Sudáfrica, 1953) respiran el aire de lo posible, a la vez que engullen las vitaminas del arte volátil y atmosférico.
Residente en Ámsterdam (Holanda) desde hace algunas décadas, la artista criada en la responsabilidad social y humana asume su papel de protagonista en la Tate Modern londinense, hasta el próximo 10 de mayo.
MARLENE DUMAS HACE SUYA LA ANTIGUA CENTRAL ELÉCTRICA
The Image As Burden es el lema de la exposición con la que el centro británico da a conocer a los vecinos del Big Ben el trabajo coral y sensitivo de esta mujer, a quien los expertos sitúan entre las pinceladas líquidas del austriaco Egon Schiele y las escenas virulentas del norteamericano Leon Golub.
Acuarelas, lienzos, impresiones, instalaciones… Dumas ha desarrollado su currículo a lo largo de múltiples formatos, todos ellos coincidentes en una idea obsesiva y caníbal: la de reflejar la angustia de los perseguidos.
Nacida en el país del apartheid, la creadora huyó tempranamente a las extensiones barrocas de Holanda. Allí, la joven Marlene accedió a una realidad impregnada con la luz, agria e hiriente, que nutrió las retinas de maestros como Rembrandt y Rubens.
Sin embargo, los kilómetros quemados no amortiguaron los gritos de los espectros residentes en su genética. Un cosmos compuesto por cuerpos deformados, que confluyó en sus “criaturas de la noche”. Estos seres clamaban con sus ojos sin vida la sinrazón de la intolerancia racial, y pusieron en marcha la carrera de una fémina comprometida con los problemas de su entorno.
The White Disease seguía abundando en ese contexto de mujeres maceradas por la segregación marginal. Aventura por el dolor colectivo que culminó con su exposición en el Manifiesta 10 de San Petersburgo (Rusia), donde firmó la impactante serie titulada Great Men. El legendario proyecto se concretaba en 16 retratos, tomados a partir de un grupo de hombres célebres, condenados por su condición de homosexuales. Entre los personajes inmortalizados se encontraban nombres tan famosos como los de Rudolf Nureyev, Nijinsky, Tchaikovsky, Alan Turing, Oscar Wilde y Tennesse Williams.
Colaboradora durante un tiempo del fotógrafo Anton Corbijn, Marlene Dumas se revela en las entrañas de la Tate Modern como la gran figuradora que es. Un espíritu libre, que no deja indiferente a nadie con un mínimo de capacidad para ir más allá del lienzo.
En los rasgos fragmentados que controlan las expresiones de la artista sudafricana hay semillas de transgresión, fiebre de luchas silenciadas y esencias de rebeliones programadas contra las mordazas impuestas por los poderosos.
Un mural de simbolismo militante, en el que la paleta se vuelve casi invisible: tan acuosa como reflectante…
Más información en