Glenn Cooper determina el día del fin del mundo
Tres años le han bastado al autor estadounidense de La biblioteca de los muertos para convertirse en uno de los narradores más cotizados del mercado internacional. Su receta para lograr semejante anhelo literario se centra en la fusión entre el terror, la historia, el esoterismo y el misterio de tonalidades detectivescas; todo ello regado con un discurso directo y visual presente en cualquier párrafo, al más puro estilo de los seriales de televisión. Tales elementos no parecen muy complicados de concitar; pero, como en los mejores restaurantes, el truco está en verter sobre la página las medidas adecuadas de los mismos y ponderar la mezcla con soltura. Y en eso, Glenn Cooper se ha revelado como un chef de primera.
El writer estadounidense aprendió en sus inicios como guionista el uso de las armas más eficaces para captar la atención del público, mediante una utilización escalada y envolvente de la acción; y esas sensaciones las introduce en cada uno de sus libros. Una producción aún breve, que el escritor acaba de aumentar con la aparición del tercer volumen de su trilogía apocalíptica: la intrigante El fin de los escribas (Editorial Grijalbo).
De este terceto de volúmenes, la tercera entrega se erige como la conclusión de una historia extraña y violenta, como concebida tras un viaje en el tiempo psicodélico y demoniaco. Una odisea sin Ulises ni Ítaca, en la que el territorio de USA asiste en calidad de un espejismo de Sodoma en la era tecnológica, dentro de un contexto que lleva a los lectores hasta el año 2026.
No obstante, la trama de la mencionada obra comienza en 1775, en la Isla de Wight (Canal de la Mancha). En esa localización, durante una tormentosa noche de enero, un viajero norteamericano de nombre Benjamin Franklin descubre un monasterio abandonado, que parece estar relacionado con sus indagaciones respecto al enclave de la enigmática Biblioteca de Vectis.
Y de la Inglaterra dieciochesca, la novela traslada su curso al tercer milenio y a la calurosa urbe de Florida. Allí, Will Piper (el agente del FBI con el que se inauguró el tríptico literario en 2009) vive una aparentemente placentera jubilación. Sin embargo, cuando el día anuncia su letargo crepuscular, el antiguo servidor de la ley no deja de lamentar el fallido carpetazo a uno de los casos más importantes de su larga carrera en las calles: el del asesino del Juicio Final. Según el criminal en serie que respondía a ese pseudónimo, el mundo iba a cambiar drásticamente el 9 de febrero de 2027, guarismos a los que se aproxima el planeta; y que se encarga de recordar otro criminal con similares intenciones a las del pretérito killer.
El nuevo depredador tiene la peculiaridad de que solamente quita la vida a personas de identidad china. Aunque la cosa se convierte en un asunto personal cuando desaparece el vástago del héroe retirado, después de que el joven recibiera un correo electrónico procedente de un lugar lejano.
Tras miles de ejemplares vendidos, traducidos a una ingente cantidad de idiomas, Cooper da gusto a sus lectores al otorgar una conclusión a la historia iniciada en La biblioteca de los muertos, cuando Will Piper se hizo cargo de las investigaciones de las brutales muertes de un grupo de ciudadanos, provocadas por un sicario del Apocalipsis. Unos hechos que estaban relacionados con el descubrimiento de un centro de coleccionismo de incunables y manuscritos, oculto bajo un monasterio del siglo XVII.
Un arranque pesadillesco al que siguió El libro de las almas, en el que el citado personaje del FBI tenía que hacer frente a un equipo de matones gubernamentales, empeñados en acabar con la existencia de todos los que se aproximaban a un libro que inspiró supuestamente uno de los sonetos más oscuros de William Shakespeare (aparte de muchos pensamientos de la filosofía de Calvino y de las profecías de Nostradamus). En esta aventura, el ya retirado agente estatal ingresa en el excéntrico Club de 2007.
El fin de los escribas pretende seguir la estela de sus precedentes impresos, a la vez de apuntalar la carrera trufada de best-sellers que acredita Cooper; siempre a caballo entre el presente, el pasado y el futuro. Fusión de propósitos adictivos que despliega sus alas de papel mediante los cauces atractivos y aglutinadores del thriller histórico de nueva hornada.
Más información en http://www.glenncooperbooks.com