Cyndi Lauper rasga el country de su infancia en “Detour”
Cyndi Lauper se refugia en los grandes éxitos del country nostálgico para confeccionar su nuevo álbum: un disco plagado de lujosos invitados, que verá la luz el próximo 6 de mayo. La cantante neoyorquina amolda su inconfundible voz a lo largo de doce temas, por los que pernoctan, entre otras ilustres luminarias del género, Emmylou Harris, Willie Nelson, Alison Krauss y Vince Gill.
La rubia con peinado pincho y medias rotas que destrozó a martillazos El Muro de Pink Floyd (ocurrido en un mítico concierto en Berlín) tiene hambre de exploradora de estilos, y no es un antojo que le haya dado de buenas a primeras. Lejos del pop alegre y hedonista exhibido en el laureado She’s So Unusual (del que distan ya más de treinta años), Cynthia Ann Stephanie Lauper (más conocida como Cyndi Lauper) ha transitado con soltura por la baladas orquestales, el blues de ligero mestizaje sonoro, el gospel e incluso el jazz. Todo ello compaginado con su particular manera de sentir las notas, a través de su portentosa garganta.
En base a esa necesidad por innovar, Detour (Sire Records) define su sentido conceptual como una obra que rinde tributo al country de masas y a las melodías ajenas a los encorsetamientos generacionales: un circuito hacia las trovas de carretera, por cuyos surcos cabalgan con fuerza hits con evidente pegada, como Funnel of Love, Misty Blue y Night Life.
CYNDI LAUPER SE REINVENTA A SÍ MISMA
Algunas décadas atrás, varios críticos musicales apuntaban que la autora de Girls Just Want to Have Fun podría haber disputado a Madonna el trono de diva del pop. Sin embargo, el tiempo ha demostrado que los intereses de la singer nacida en Queens no iban por el sendero de los imperios mediáticos.
Pese a las aparentes poses escandalizadoras y a su vestimenta ochentera abiertamente kitsch, Lauper siempre ha trabajado a conciencia cada uno de los álbumes que jalonan su carrera. Un esfuerzo que estaba mucho más centrado en controlar el crecimiento de su talento, que en alcanzar la fama planetaria a cualquier precio. Y su apuesta ha dado como resultado una estrella con sólidos pilares artísticos.
Cyndi ha ido paso a paso; y, con ese rigor, ha levantado una trayectoria coherente, que va más allá del triunfalismo de los pelotazos inmediatos y de las modas de montaña rusa.
Semejante celo profesional le ha servido a CL para mantenerse prácticamente inalterable hasta la actualidad en su perfeccionismo, aunque sus empresas creativas nunca han huido del riesgo añadido por la asunción de giros vertiginosos. En este apartado cabe incluir, por ejemplo, la construcción del musical Kinky Boots, con la totalidad de los números compuestos por la letrista de la inolvidable All Trough The Night.
Ahora, con sesenta y dos tacos a la espalda, la otrora efervescente y rebelde muchacha de Money Changes Everything invita a sus seguidores a que la disfruten dentro de una transformación más. Un proceso en el que la larva de los gorgoritos discotequeros se metamorfosea en el híbrido oasis que dibuja Detour, con sus coqueteos de oscura profundidad hilvanada con guitarras crepusculares.
Tras esta estación retratada por un cancionero de eclecticismo voluntario, cabe preguntarse: ¿cuál será el siguiente paraíso sinfónico que visite la dama de los peinados imposibles?
Audio oficial de Funnel of Love, por Cindy Lauper
Más información en