Rod Stewart se atreve con el swing
Rod Stewart aparca por el momento su revisión del cancionero estadounidense englobada bajo el paraguas de la pentalogía "Great American Songbook", para adentrarse en los ritmos de talante colorista y divertidos del swing, interpretado a lo big band en "Swing Fever" (Warner Music): un disco de mensajes optimistas, en el que el otrora roquero de "Baby Jane" acomoda su voz aguardentosa a las teclas del piano de Jools Holland.
Rod Stewart es un artista con múltiples intereses musicales, a quien le cuesta mucho quedarse quieto en un género concreto.
Bajo semejante esquema de trabajo, el cantante escocés abandonó voluntariamente hace unas décadas el estilo del rock tintado de pop agradable y sinuoso que le dio a conocer a nivel planetario, para recrear una serie de imperecederos temas estadounidenses, en el álbum Great American Songbook (Warner Music, 2002). Una aventura que llevó al autor de Maggie May a editar cinco partes del mismo, con distintas versiones de canciones del tipo de It Had to Be You, en las que compartió protagonismo vocal con gente tan importante en el circuito como Stevie Wonder o Ana Belén.
Tras una gira que le ha traído en verano e invierno a España, entre otros países, Stewart ha lanzado al mercado Swing Fever (Warner Music): un álbum compuesto por trece cortes, en el que el hombre del pelo pincho y seguidor del Celtic de Glasgow desvela su pasión por los sonidos orquestales, y las líricas juguetonas y felices.
“Al principio, la idea que tenía era hacer algo en la línea de Frank Sinatra, más que seguir el estilo de Louis Prima. Entonces, decidí reunirme con Jools. Conectamos a través de nuestro entusiasmo mutuo, por lo que empezamos a grabar algo bastante distinto“, reconoce Rod Stewart, en la página web del pianista Jools Holland.
Según cuentan los protagonistas, el asunto se fraguó durante la época de la pandemia del coronavirus, cuando el negocio musical estaba algo parado. En esos sombríos momentos, Stewart llamó por teléfono a Holland, y juntos se pusieron a pensar en el cuerpo melódico de Swing Fever, como si fuera una obra destinada a alumbrar la oscuridad reinante, tras la tragedia del Covid.
En tan pintoresco Cd, el timbre descompuesto y agreste de Rod Stewart se pliega a los compases vertiginosos del piano de Jools Holland y a las afinidades de la Rhythm and Blues Orchestra, como si el británico se disfrazara de crooner peculiar y ajeno a la gravedad habitual que conlleva esta calificación.
Un papel que RSt borda con su actitud de maestro de ceremonias donjuanesco y empático, mientras desgrana las letras de clásicos del tipo de Frankie and Johnny, Sentimental Journey y Lullaby of Broadway.
ROD STEWART IMAGINA UN LOCAL DE AMBIENTE PROPIO DE LOS AÑOS CINCUENTA, PARA PROYECTAR LOS TRECE CORTES DE “SWING FEVER”
Pese a que se trata de un trabajo de disfrute creativo, más que de un álbum en el que se busca una excelencia artística determinante y cegadora, Swing Fever engancha por la atmósfera que despliega subliminalmente desde las primeras notas del tema que abre el curso narrativo del disco, el proteico y calórico Lullaby of Broadway.
Esta canción escrita por Harry James en 1955 le sirve a Rod Stewart para sentar las bases del Cd, al que embarca en un viaje al pasado de las faldas de vuelo y los tupés inalterables, cuando las big bands hacían las delicias de los que quemaban los zapatos en las atestadas salas de baile.
Con cada giro de garganta del solista escocés, el humo parece emerger de algún local perdido en el horizonte de los pretéritos enfervorecidos. Unas décadas de vinilos candentes, en las que el swing hacía las veces de vasallo ingenioso del enloquecido y efusivo rock and roll.
A pesar del ambiente hedonista que impera en los tracks de Swing Fever, la nostalgia también se cuela entre los resquicios de la fiesta propuesta por Stewart y Jools Holland, y lo hace en la forma de recuerdos infantiles: los revelados por el solista de Downtown Train, cuando este se aislaba del mundo para degustar muchas de las melodías que ahora nutren este disco casi autobiográfico (una línea parecida a la que conformó el repertorio de los cinco volúmenes de Great American Songbook).
Acoplada al ejercicio memorístico de RSt, la letra de la candente balada Sentimental Journey se funde con emoción con los figurados raíles de Night Train, mientras los coros contagiosos de Them There Eyes flirtean en apostura seductora con los sones de Love Is the Sweetest Thing.
El resultado de esas experiencias es un mosaico de surcos añejos, en los que la remasterización enfatiza la impecable juventud de la que gozan líricas tan reconocibles como Pennies from Heaven y Oh Marie. “Todos los cortes del álbum suponen una celebración para la diversión y para reavivar el espíritu del swing“, recalca Jools Holland, en su página web.
Nota: Rod Stewart y Jools Holland estarán de gira con Swing Fever por distintos lugares de Gran Bretaña, a lo largo de 2024.
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