China despliega su mitología fantástica por los recovecos del Victoria & Albert Museum
Caligrafías sobre seda, tinturas sobre porcelana, símbolos aguerridos sobre tersas láminas de eternas nieblas ancestrales… Más allá de los paraísos escénicos que deslumbraron a Marco Polo -y más adentro de las entrañas del imperio de los poemas aéreos-; la plástica del imperio milenario asentado en Asia nunca gozó de pretéritos vanguardistas, ni siquiera bebió con soltura de los torbellinos creativos triunfantes en Occidente. La pintura y la escultura de la tierra de Gao Xingjian tomaron sus atmósferas y formas de los surcos a cámara lenta, siempre en continua conexión con una sociedad apegada a las tradiciones, movida por emulsiones programáticas de dinastías ajenas a los puntos y aparte.
Del año 700 al 1900, los maestros de la imaginería china aplicaron sus técnicas según los vaivenes caprichosos de unos tiempos marcados por los palaciegos gobernantes. A través de sus contornos, las revoluciones no tenían la violencia pigmentada y rompedora de la Europa de las barricadas, las guerras de religión y los tenebrismos asfixiantes; aunque en sus líneas de colores vistosos se podía visualizar un deseo inherente por evolucionar: signo apostado para convertirse en ecos visuales del sentir del pueblo, de los sufrimientos de sus compatriotas.
Subidas a esas latitudes de anhelos, las obras de los genios con ojos rasgados más destacados en el mencionado periodo desembarcan -hasta el próximo 19 de enero– en el Space Two del Victoria & Albert Museum de Londres; dentro del marco de la exposición titulada Masterpieces Of Chinese Painting 700- 1900.
Las facciones de una cultura llena de vida
Las más de setenta piezas que completan el laberinto artístico montado en la institución capitalina (muchas de ellas exhibidas por primera vez en Gran Bretaña) dialogan con dramaturgia espiritual en torno a cuestiones mundanas, intelectuales, filosóficas o meramente pictóricas. Y sus frases envolventes lucen la potente armadura de los estilos más diferentes, como si las pasiones enclaustradas de los maestros ilustradores se deslizaran con la delicadeza de los ríos domesticados, eternos en sus ondas expresivas y somnolientas.
Una senda que los comisarios de la exhibición reparten en varias etapas superpuestas; habitaciones de exóticas fabulaciones que repasan cronológicamente los objetos de devoción (comprendidos entre el 700 y el 950), el reto de la realidad (950- 1250), el compromiso existencial (1250- 1400), la persecución de la felicidad (1400- 1600), el duelo con el pasado y la mirada a los vecinos del Oeste (1600- 1900). Itinerario de pompas inspiradoras, donde tienen cabida las más sugerentes consignas: de los mensajes budistas propios de la etapa Tang (Bodhisattva in Monastic Dress Standing at Player) a los sortilegios astrales (The Five Planets and Twenty-Eight Constellations, de Zhang Sengyou), de los paisajes de postales silenciosas (Landscape With Pavilions, de Yan Wengui) a la magia mitológica de cuentos fantasmales (apartado que protagoniza el famoso Nine Dragons, de Chen Rong).
En definitiva, un proceloso camino de apeaderos enriquecedores que pasa revista, con zancada de tacón alto, a la privacidad del sometimiento mongol, el culto a la naturaleza, el hedonismo placentero y los retornos nostálgicos hacia el polvo de las centurias transcurridas.
Al final, cuando los espectadores acceden a la última arcada de la exposición, las retinas de los visitantes contemplan los vasos comunicantes entre los artistas del país de La Gran Muralla y los del Viejo Continente: una tropa de alumnos aventajados del Renacimiento y el Barroco, que alumbró a los pintores chinos de los siglos XVIII y XIX. Sin este medido e inevitable contagio, que promovieron talentos de la hondura creativa de Ren Yi (Portrait Of Gao Yongzhi As A Calligraphy Beggar) y Xu Yang (Prosperous Suzhou), quizás hoy en día sería difícil concebir el trabajo de escrutadores de la innovación como Ai Weiwei. Una cuestión que hace reflexionar sobre la esencia repetitiva del tiempo, cual pañuelo arrugado con aristas coincidentes…
Más información, horarios y entradas en
http://www.vam.ac.uk/whatson/event/2516/masterpieces-of-chinese-painting-700-1900-3822/