Willie Nelson recuerda a Frankie
El legendario cantante country recupera once éxitos grabados anteriormente por Frank Sinatra, en el disco "That's Life" (Legacy Recordings): un álbum plagado de sensaciones extrañas, en el que es posible hallar atmósferas nostálgicas y pretéritas.
Willie Nelson parece incombustible, como enganchado a una existencia donde la música ha sustituido al líquido sanguíneo.
Las cerca de seis décadas que el texano lleva sobre los escenarios le han permitido compartir experiencias y sesiones de grabación con algunos de los maestros del country, el blues y el jazz. Un recorrido intenso e inspirador, que ha fortalecido la carrera de este artista poliédrico, dotado de un sentido visionario y enriquecedor, con el que ha solapado algunas de sus flaquezas como cantante y compositor.
Con semejantes armas, el trovador de Abbott se ha mantenido en lo alto del estrellato en el selecto terreno del country, género que Willie Nelson ha sabido ampliar a hibridaciones con otros estilos más o menos cercanos. Experimentos que el creador norteamericano de melodías sencillas y contagiosas ha regado con notas procedentes del espiritualismo del godspell, del rock de asfalto agrietado y letras aguardentosas, del jazz emulsionado por sintonías pegadizas, del blues de raíces profundas, y del pop con texturas acomodaticias.
Si se atiende a la ecléctica carrera musical de WN, no resulta extraño que este funambulista de corcheas sinuosas se atreva ahora a rendir homenaje al titánico Frank “The Voice” Sinatra, con el singular álbum titulado That’s Life: un producto alejado del country clásico, que traduce las normas de los crooner a un lenguaje distinto del original, aunque igualmente atrayente.
Atemperadas por la dicción nasal de Nelson, las letras que popularizó Frank Sinatra a mediados de los años cincuenta se visten con nuevos destellos de genialidad escondida, como si volvieran a nacer a través de los pentagramas y de los acordes precisos de las guitarras, las armónicas y los teclados.
Tal vez se eche de menos el deje inconfundible y atronador del que fuera pareja de la actriz Ava Gardner; pero la capacidad de Willie para entretener al personal con sus invenciones frente a inmortales líricas, como I’ve Got You Under My Skin, bien merece un momento de pausa y disfrute.
WILLIE NELSON LLEVA A SINATRA A SU TERRENO
Con la producción de Buddy Cannon y Matt Rollings, y la ayuda en las mezclas del fogueado Al Schmitt, Nelson escoge para That’s Life un puñado de temas del repertorio de Sinatra que le sirven para su particular lucimiento, e impiden que su apuesta quede por debajo de ambiciones desmesuradas.
El octogenario renovador del country añejo y terruño no se deja seducir por las trovas más esforzadas y pletóricas de The Voice, sino que se contenta con elaborar su personal interpretación de temas que sabe de antemano que no desentonan demasiado con sus registros vocales y melódicos.
De esta manera, el texano inicia su segundo tributo a Frankie (el primero llevó por título My Way, y lo editó en 2018) con el simpático Nice Work If You Can Get It, para luego reforzar su entrada en calor con las estimulantes interpretaciones de Just In Time y A Cottage For Sale. Todo para confluir en dos hits de impronta impecable, como I’ve Got You Under My Skin y You Make Me Feel So Young.
Uno tras otro, los cortes de That’s Life se suceden con un ritmo cadencioso y granítico, en el que el protagonismo de Willie Nelson permite acceder a las canciones sin miedo a sentirse fuera del universo propuesto por el polifacético artista estadounidense.
A sus ochenta y siete años, WN mantiene el nivel en alto a lo largo de los once tracks que nutren la obra, sin desviarse de los resultados convenidos hasta el corte final: el profético y existencialista Lonesome Road. Sin duda, una tonada especialmente adecuada para concluir este segundo homenaje, que el amigo de Johnny Cash y Dolly Parton dedica al eterno Frank Sinatra.
Más información en
https://www.legacyrecordings.com/