The Man in the High Castle
Frank Spotnitz es el creador de esta brillante y libre adaptación del homónimo libro de Philip K. Dick, sobre un mundo en el que el Tercer Reich y Japón han ganado supuestamente la Segunda Guerra Mundial, y dominan Norteamérica.
The Man in the High Castle, con su sorprendente mundo distópico y sus realidades alternativas, es uno de los títulos más brillantes de los ofertados por Amazon Prime Video.
La cuidada estética y su convincente atmósfera; los guiones cargados de emocionantes tramas; la imaginación a la hora de orquestar el universo de pesadilla dictatorial propuesto; y la notable construcción de una galería de personajes creíbles y milimétricamente ensamblados son solo algunos de los puntos fuertes de esta producción, avalada financieramente por Ridley Scott y su empresa Scott Free Productions.
Cuatro temporadas (la última estrenada recientemente) y cuarenta capítulos conforman el conjunto dramático de este ambicioso serial, capaz de enganchar desde la primera escena, con su versión tenebrista de unos Estados Unidos dominados por Japón y Alemania; y cuyas plazas y edificios están adornados siniestramente con las esvásticas, y las imperialistas banderas del país del Sol Naciente.
En ese decorado, adecuadamente rebajado en intensidad cromática, es donde se mueven las ingeniosas conexiones que sugieren la historia ideada por Frank Spotnitz (creador de la serie Los Medici) , libremente inspirada en la homónima novela de Philip K. Dick; con la que comparte el planteamiento general, pese a exhibir diferencias sustanciales en su manera de trasladar la peculiar y terrorífica tesis distópica diseñada por Dick.
La suave voz de Jeanette Olsson, mientras entona el tema Edelweiss (el mismo que sonaba en la película Sonrisas y lágrimas), sirve como anticipo para introducir a los espectadores en el fantasmagórico escenario descrito. Un lugar que recuerda a la Alemania dividida tras el final de la Segunda Guerra Mundial, solo que en esta ocasión son los Estados Unidos de Norteamérica los que están cercenados por las tropas de asalto y los altos mandos uniformados del Tercer Reich y del imperio nipón.
La acción se divide bajo semejantes parámetros en la zona comandada por los nazis (la costa este), la correspondiente a los japoneses (la costa oeste) y las partes falsamente autónomas (el centro de la nación). Este tríptico es el que alberga las aventuras de la aguerrida Juliana Crain (Alexa Davalos), el dolido Frank Frink (Rupert Evans), el ambiguo Joe Blake (Luke Kleintank), el viajero en el tiempo Nobusuke Tagami (Cary-Hiroyuki Tagawa), el pétreo inspector jefe Takeshi Kido (Joel de la Fuente) y el gélido John Smith (Rufus Sewell).
THE MAN IN THE HIGH CASTLE Y SUS MÚLTIPLES REALIDADES
Para no perderse a través del laberíntico argumento de The Man in the High Castle (El hombre en el castillo) es recomendable comprender un poco dónde y cuando se sitúa la historia, con los datos convenientemente aclarados desde el principio.
La realidad planteada por el serial parte del hecho de que Estados Unidos nunca participó en la guerra, y nunca acudió en ayuda de los aliados. Tal hecho impidió que la nación de las barras y estrellas comandara el esencial desembarco de Normandía; todo por haberle sido imposible salir airosa de la Gran Depresión de 1929, debido a su incapacidad para sobreponerse al supuesto asesinato del presidente Frankiln Delano Roosvelt, ocurrido según el guion en 1933.
Por semejantes causas, las fuerzas del eje no tuvieron mayores problemas para derrotar a los oponentes a la expansión y alianza entre las tropas nazis y niponas.
Y así se llega a 1962, la época en la que se sitúa la acción de The Man in the High Castle: diecisiete años después del armisticio que puso fin a la Segunda Guerra Mundial. En ese instante, Adolf Hitler padece una sífilis cerebral irreversible, que le mantiene en cama; mientras Martin Borman ejerce como sustituto del proclamado como führer. Pero eso es en Alemania; en USA, el mando más relevante de los victoriosos nazis corre a cargo del obergruppenführer John Smith, quien se dedica a perseguir a la resistencia con brazo de hierro, y en especial a alguien que se conoce como El hombre en el castillo. Este individuo, que permanece en la clandestinidad, posee una serie de películas que muestran realidades alternativas, a la que experimentan los ciudadanos estadounidenses y del resto del planeta.
Frank Spotnitz mantiene la tensión mediante la búsqueda de las verdades ocultas en los citados filmes coleccionados por The Man in the High Castle; en los que se puede ver la derrota del Reich, el lanzamiento de la bomba atómica, y la victoria aliada. Sin embargo, también hay secuencias que aportan certezas sobre el devenir de los protagonistas.
Los viajes a través de diferentes épocas y universos, las puertas abiertas en una concepción múltiple del espacio y del tiempo, y las consecuencias que conlleva modificar algunos elementos constituvos de cualquier realidad perceptible son los motores de una serie que invita a pensar sobre la posibilidad de creer que nada es tan lineal como aparenta a simple vista.
Nota: The Man in the High Castle está a disposición de los suscriptores en Amazon Prime Video.
Tráiler oficial de la cuarta temporada de The Man in the High Castle, por Amazon Prime Video
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