T. S. Eliot rejuvenece por la acción de Lumen

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T. S. Eliot es objeto de un particular homenaje por parte de Lumen. La editorial presenta en español una edición revisada de dos de las obras puntales del poeta de Misuri: “Prufrock” y “La tierra baldía“.

T. S. Eliot publicó "La tierra baldía" en 1922
T. S. Eliot publicó “La tierra baldía” en 1922

Ladrillos de tradición cayeron sobre las páginas manuscritas por el norteamericano más inglés de la literatura.

Encerado con el espíritu de la creatividad sin dogmas, Thomas Stearns Eliot adoptó el modernismo con las raíces bien echadas sobre el barbecho eduardino; y con el fruto de su siembra recogió el tesoro de una obra ampliamente simbólica, trágica y tremenda: como el mundo en el que se desarrollaron sus versos.

T. S. Eliot falleció en su casa londinense un 4 de enero de 1965, por culpa de un enfisema ocasionado por sus múltiples dolencias. Breve trayecto de apenas setenta y siete inviernos en el que el estadounidense de nacimiento levantó dos de los pilares de la poesía contemporánea: Prufrock y otras observaciones (1915) y La tierra baldía (1922). Pareja bien matrimoniada de títulos con la que la editorial Lumen rinde homenaje al autor, al cumplirse medio siglo de su defunción.

T. S. Eliot marcó el puso de la poesía contemporánea con "La tierra baldía"
T. S. Eliot marcó el puso de la poesía contemporánea con “La tierra baldía”

T. S. ELIOT Y LA CAPACIDAD PARA ADENTRARSE EN LA DIMENSIÓN DESCONOCIDA

La profunda labor interpretativa del crítico Andreu Jaume avala el volumen que ha asaltado las librerías desde el pasado mes; el cual muestra sin aderezos innecesarios el alma desnuda de un rapsoda comprometido con el Arte, siempre pendiente de ir más allá de las correcciones sociales, de las épocas concretas y de los discursos pomposamente elitistas.

Estos horizontes, de barrocas insinuaciones y tenebrismos asfixiantes, comenzaron a alimentar el trabajo de Thomas Stearns desde la aparición de Prufrock.

Considerado un ejercicio de juventud, el extenso poema -elaborado al tiempo que la Primera Guerra Mundial consumía su desidia mortuoria- habla de un hombre en absoluta decadencia, cercenado por el espíritu de la frustración, y con sentimientos de soledades eternas.

T. S. Eliot fue el autor de una obra que removió los cimientos del clasicismo en el campo de la lírica
T. S. Eliot fue el autor de una obra que removió los cimientos del clasicismo en el campo de la lírica

La valentía de su modernismo, en completa afrenta con el romanticismo decimonónico y el ritmo georgiano, llamó la atención del genial Ezra Pound, quien no dudó en incorporarlo a la publicación Poetry: A Magazine Of Verse. Con este acto, Eliot abrió las puertas de un circuito que presagiaba el cambio vertiginoso del legado poético, a través de palabras revolucionarias.

Pese a la juventud del creador de Misuri, la riqueza de su métrica y sus inteligentes asociaciones deslumbraron a los eruditos, quienes se quedaron boquiabiertos ante la facilidad con la que el norteamericano velaba las cuevas fantasiosas de Dante Alighieri, a la vez que visitaba con soltura las construcciones metafísicas de John Donne, entre otras inspiraciones.

Sin embargo, esta primera etapa quedaría pronto completada en 1922, con uno de los textos fundamentales en el pensamiento del siglo XX: La tierra baldía. Integrado por 434 líneas de vitalidad cegadora, este canto épico y espiritual relativo al Santo Grial y a la leyenda artúrica del Rey Pescador cayó como el maná sobre las mentes de los que aún no atisbaban un futuro para la lírica, por lo menos no más allá de los clásicos y las rimas con los pies en el pretérito.

T. S. Eliot escribió parte de "La tierra baldía" mientras estaba internado en un sanatorio de Lausana
T. S. Eliot escribió parte de “La tierra baldía” mientras estaba internado en un sanatorio de Lausana

Sin rechazar nada de lo leído por el natural del país de las barras y estrellas, en las líneas esculpidas por Eliot es posible encadenar el sentimiento soterrado de maestros como Baudelaire, Shakespeare, Ovidio, Homero, Aldoux Huxley, Paul Verlain, Walt Whitman e incluso Bram Stoker. A verso sulfuroso, las asociaciones se suceden sin tregua en un cosmos de letras, donde no existe el tiempo ni el espacio, y donde las imágenes corren desbocadas como caballos en el Parnaso.

Lejos de pertenecer a una dimensión concreta, La tierra baldía es un extenso himno a la humanidad, ajeno a cualquier límite generacional, y completado por cinco secciones a cual más aguerrida (El entierro y los muertos, Una partida de ajedrez, El sermón de fuego, Muerte por agua y Lo que dijo el trueno).

En definitiva, una oda en formato de monólogo; en la que la voz la ponen todos y cada uno de los habitantes del planeta Tierra. Seres vulnerables a los que la pluma de T. S. les otorga timbre y lágrimas, todo en pos de que logren encontrar algo de luz en medio de las sombras.

T. S. Eliot basó el desarrollo de "La tierra baldía" en torno a la leyenda del Santo Grial
T. S. Eliot basó el desarrollo de “La tierra baldía” en torno a la leyenda del Santo Grial

Más información en

http://www.edlumen.net

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