Sam Smith ha entrado por la puerta grande de la música, con su ópera prima en formato de disco: “In The Lonley Hour” (Capitol Records y Method Records). El veinteañero conquistó el Staples Center de Los Ángeles con su voz melosa.
El pasado domingo 8 de febrero, el planeta de los ritmos se despertó con un nuevo ídolo coronado.
Escondido entre los famosos que asistieron al Staples Center de Los Ángeles, un muchacho londinense -identificable por su aire a lo James Blunt y su épica interpretativa, que recuerda a la de su compatriota Adelle– asombró al personal al alzarse con cuatro de los premios más importantes de cuantos jugaban sobre el tapate, en la 57 ceremonia de los Grammy Awards.
Y lo consiguió con un puñado de canciones de hilo melancólico (diez en total), que el isleño ha reunido en su álbum de debut: el insólito y poético In The Lonely Hour (Capitol Records y Method Records).
SAM SMITH, EL ROOKER CON SOLERA
A más de una estrella de las ondas no le debió sentar nada bien que un chico de solo veintidós años –y sin experiencia sobre los escenarios, más allá de la acumulada en espectáculos provinciales- les batiera en toda regla, y en apartados tan peleados como el de Mejor Grabación o el de Mejor Solista Pop. Una guerra que el alumno de la pianista Joanna Eden tuvo ganada de antemano, a través de su exitoso single, bautizado Stay With Me.
Aunque el tema de la bisoñez halla que limitarlo simplemente al currículo activo de Sam; ya que, tras el hit defendido por el vigoroso timbre del English boy, están atrincherados los apuntes de un par de tipos tan inmensos como Jeff Lynne y Tom Petty.
No obstante, esto no resta mérito alguno a un joven que hasta prácticamente unos meses estaba cursando sus estudios en el Youth Music Theatre, levantado en de la urbe del Támesis; y el cual comenzó a pasear su talento hace únicamente cinco años, al lado de formaciones como la conformada el dúo electrónico Disclosure’s (con los que vistió el tema Latch).
A medias entre el soul de armazón aterciopelado y el pop con cadencias sentimentales, las canciones de In The Lonely Hour revelan la existencia de un trovador con alma de crooner, al que le ponen las baladas aderezadas con percusiones confesionales y pianos dramáticos.
Así se desprende, por ejemplo, de los versos nostálgicos de Naughty’s Boys, los estribillos ahuecados de Money On My Mind o las notas multicolores de la mencionada Latch. En definitiva, un conjunto de diez cortes en los que la figura de Sam parece agigantarse por momentos, como en busca de un lugar propio donde su música perviva más allá de las catalogaciones precisas.
Como él suele dejar claro en la mayoría de las entrevistas que ha concedido, este disco de presentación es simplemente eso: una primera obra, que llega en un momento concreto de su existencia. Una afirmación que se hará más palpable cuando aparezca el próximo trabajo del capitalino. Aunque, en esa ocasión, el muchacho del tupé amarillo ya no podrá agazaparse detrás del anonimato de los artistas minoritarios.
Vídeo de “Stay With Me“, proporcionado por SamSmithWorldVEVO
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