Simple Minds acuden a su cita con la “gran música”
Simple Minds editan “Big Music” (Sony): el decimosexto álbum de estudio del quinteto de Glasgow. Una obra que exhibe el envidiable estado creativo de Jim Kerr y de sus muchachos, quienes se atreven incluso con una versión de “Riders On The Storm“, de The Doors.
Viajar atrás en el tiempo con la ayuda de un sencillo compacto de metal, sin luces ni circuitos extra de por medio.
Al adentrar los tímpanos en un cuadro de Dorian Gray hecho con pinceladas auditivas, los sonidos de la banda liderada por Jim Kerr se convierten en ecos de épocas pasadas, jornadas de cerveza a granel y creatividad hasta en las hombreras que mantuvieron a Gran Bretaña en la cúspide de la innovación musical.
Simple Minds han sabido resistir los agarrotamientos comerciales y las embestidas de los vientos traicioneros, a lo largo de su existencia de más de tres décadas. Y lo han conseguido con una apostura siempre presa de sus raíces artísticas, nunca vendida a la alienación sin identidad de los productos fagocitados por la industria de los hits atronadores.
No es que los cinco escoceses huyeran del éxito multitudinario (a nadie se le escapan pelotazos masivos como “Alive And Kicking” y “Belfast Child“), pero incluso en los acordes y notas ensalzadas de esos himnos populares se puede localizar el reposo de la reflexión; el pulso de las canciones esculpidas con los materiales nobles de las líricas inspiradas.
Así, imperturbable en su estilo de urbanidades enfermizas (en muchas ocasiones coincidente en musas con los inolvidables New Order), el quinteto isleño lanza al mercado el decimosexto álbum de su carrera: “Big Music” (Sony). Una obra impregnada con el ADN de los autores de la banda sonora de “The Breakfast Club“, que vierte su savia heredada de un ahora irreconocible punk norteño a través de doce tracks, los cuales contagian rápidamente la fuerza de sus surcos y su paisajismo de pentagrama.
SIMPLE MINDS ENGRANDECEN EL MESTIZAJE
Los cortes que diseñan el último disco de los compatriotas de Walter Scott exhiben la actualidad casi esotérica de un grupo que sigue su senda con un uniforme de gala. Prenda rematada con los hilos del rock atmosférico, el pop de profundidades elitistas, la new age de contorsiones individualizadas y la electrónica con el sello de las distinciones reconocibles.
Las sinfonías de los responsables de “Don’t You (Forget About Me)” tienen la mágica transparencia de la seducción en penumbra, como si pertenecieran a la anatomía de un cuerpo coherente y completo.
Con tales elementos, SM diseñan quirúrgicamente una criatura de Frankenstein que, pese a gozar de la ingeniería del siglo XXI, mantiene el pulso de las composiciones pretéritas de Jim Kerr, Charlie Burchill, Ged Grimes, Andrey Gillespie y Mel Gaynor. Un conjunto de odas que parecen orquestadas en los pletóricos ochenta, horneadas en la vitalista escena de un Reino Unido tocado con la varita de la genialidad trovadoresca.
Esos fuegos reveladores son fácilmente visibles entre las brumas evanescentes de “Blindfolded“, las hogueras cantarinas y socialmente demoledoras de “Honest Town“, los vaivenes vertiginosos de “Human” o las simas inmaculadas de la crepuscular balada “Spirited Away“. Un breve muestreo de emociones recurrentes, que sitúa en el mapa a una formación ajena al cansancio generacional.
Como en todos los discos anteriores del grupo, la voz de Jim Kerr imprime la valentía de las épicas esforzadas, sin dejar que el paso de los años anide en su timbre. Tras escuchar “Big Music“, pocos podrían adivinar que el líder de Simple Minds acaba de apagar cincuenta y cinco velas en su tarta de aniversario, y que su equipo celebró hace nada los treinta y cinco inviernos de existencia mediática.
Y todo porque el quinteto de Glasgow ha sabido preservar la juventud escondida en las entrañas de un micrófono, en las cuerdas de una guitarra, en las percusiones de una batería y en las veleidades de unos teclados.
Un cosmos de fantasías concitadas que guarda entre los bonus un guiño a los viajes en el tiempo de la psicodelia sesentera, materializado en la peculiar versión de “Raiders On The Storm” que montan Kerr y sus muchachos (siempre con el permiso de los emblemáticos The Doors).
Nota.- Simple Minds actuarán en Madrid el próximo 9 de febrero de 2015, en el Teatro Nuevo Apolo.
Vídeo oficial de “Blindfolded”, por Simple Minds
Más información en http://www.simpleminds.com