Robert Carsen llega al Real
El director escénico canadiense desembarca en el coliseo madrileño, con "Das Rheingold": una versión actualizada y sorprendente de la primera parte de "El anillo del nibelungo".
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Robert Carsen experimenta la dramaturgia en un sentido pleno y arriesgado; con las ramificaciones e inspiraciones a flor de piel en cada giro de decorado, en cada inflexión de la orquesta, y en cada movimiento corporal del cuadro interpretativo.
Así se pudo contemplar cuando su peculiar versión de Das Rheingold colgó el cartel de entradas agotadas, en cada una de sus representaciones en el Gran Teatro del Liceo de Barcelona: espectáculo avalado por la imaginativa traslación del drama wagneriano a la época actual, con sus corrupciones políticas y humanas.
La potencia de la música y los momentos cantados escritos por el autor de la tetralogía de El anillo del nibelungo hacían valer el peso histórico del mítico preludio de la existencia de Sigfrido y las valkirias; aunque, en el universo real, el dogmático canon de Bayreuth se viera alterado por un diseño cargado de insinuaciones ecológicas, y de alienación orwelliana convenientemente maquillada por los agónicos vientos del presente.
Tal aventura en formato operístico es la encargada de abrir el año en el madrileño Teatro Real, y lo hace ataviada con sus pertinaces lentes de travestismo mitológico: un cosmos donde las hijas del Rin son pordioseras que buscan su sustento en una montaña de desperdicios, los gigantes son obreros estafados por una patronal homicida, y el dios Wotan es un militar de alta graduación.
La Ópera de Colonia produce esta atípica aproximación a la obra de Richard Wagner, en la que resalta el trabajo de Pablo Heras-Casado, como director musical; Patrick Kinmoth, como el responsable de la escenografía y los figurines; y Manfred Voss, quien potencia la hondura visual de las partituras, con su hipnótico juego de luces y sombras.
ROBERT CARSEN VA MÁS ALLÁ DE LA NORMA
Las rigideces no le sientan bien al hijo del filántropo Walter Carsen.
Robert es capaz de entrever las conexiones atemporales, escondidas en los laberintos emocionales de cualquier autor teatral o compositor de ópera. Por sus manos y su ingenio han pasado reconocidas creaciones de reverenciados maestros del género del bel canto, como Puccini, Verdi y Richard Strauss. Unas obras que han descubierto sus tentáculos extensivos, tras la correspondiente traslación del experto diseñador norteamericano.
Dentro de las preferencias del nombrado Caballero de la Legión Francesa en 1996, Richard Wagner es como un caudaloso torrente de implicaciones diversas, que van desde la destrucción del ser humano contemporáneo, al agotamiento progresivo del medio ambiente y de los recursos naturales.
El elenco de voces, capitaneado por el barítono estadounidense Greer Grimsley (Wotan) y la mezzosoprano británica Sarah Connolly (Fricka), muestra el interés por no traicionar la esencia sonora y artística de Das Rhiengold, ya que ambos poseen tablas suficientes para tratar con mimo sacramental las óperas de Wagner.
Junto a estos puntos de atracción, la heroica contundencia de las palabras y la música originales revelan la elevada factura de un espectáculo que intenta presentar la tesis de que las valkirias siguen cabalgando en este destartalado siglo XXI.
Un mundo ajeno a las identificaciones concretas, el cual aparece pintado por Carsen y su equipo con tintes de distopía cercana a los infiernos apocalípticos.
Nota.- Das Rheingold estará en el Teatro Real, del 17 de enero al 1 de febrero de 2019. Tras El oro del Rin, el centro operístico tiene previsto completar la tetralogía de El anillo del nibelungo.
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