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Ricardo Darín y Érica Rivas aterrizan en la Sala Roja de Los Teatros del Canal de Madrid del 21 de octubre al 15 de noviembre, para protagonizar Escenas de la vida conyugal. Un montaje que dirige la conocida Norma Aleandro (quien ya interpretó el texto en 1992).
La sombra de un divorcio conlleva sensaciones diversas, que van de la decepción a las frustraciones emocionales. Con estos hilos, el cineasta sueco Ingmar Bergman compuso el mural humano titulado Escenas de la vida conyugal (también publicitado como Escenas de un matrimonio), donde un hombre y una mujer repasan los distanciamientos ocurridos mientras eran pareja, hasta desembocar en la forzosa y obvia separación.
La obra del creador nacido en Upsala nació con formato televisivo, dentro del cuerpo de un serial alimentado por seis capítulos, cual etapas audiovisuales con meta en la desilusión programada: estaciones nominadas en su origen como Inocencia y pánico; El arte de meter asuntos bajo el tapete; Paula; El valle de lágrimas; Los analfabetos; y En plena noche, en una casa oscura. Un itinerario que causó tal impacto en los espectadores setenteros de la fría Escandinavia, que los responsables animaron al cineasta norteño para que lo convirtiera en una película destinada a ser proyectada en pantalla grande.
Más de cuarenta años después de los hechos mencionados (la producción para la pequeña pantalla data de 1973), Escenas de la vida conyugal desembarca en los Teatros del Canal de Madrid, bajo la batuta rectora de la veterana Norma Aleandro.
RICARDO DARÍN Y ÉRICA RIVAS EXPLICAN EL FIN DEL AMOR
Nadie manda en el corazón, y prescripciones como la de “hasta que la muerte os separe” hay que entenderlas simplemente de manera metafórica y tradicional. En tales aseveraciones no hay cinismo alguno, ya que estas tesis solo se asientan en las coordenadas de la evolución vital.
Dentro de ese esquema de desarrollo personal, un individuo no es el mismo a las veinte primaveras que a los cuarenta inviernos; y, a la par que en él envejecen las arterias, los gustos y los sentimientos también moldean su epidermis al compás de las manillas del reloj y de la experiencia.
De esto versa la pieza escrita por Bergman, sobre la ansiedad de ser sincero con uno mismo; asumiendo que el camino en común con un marido o una esposa no está escrito de antemano, y que los giros del destino a veces son devastadores.
Desde esa perspectiva, Juan y Mariana perciben su realidad. En el pasado dieron todo de sí mismos para conseguir que su relación saliera adelante, pero las embestidas de la razón y los reproches acabaron por apartar su vehículo de la carretera de la felicidad impostada, lanzándolo a la cuneta de los proyectos rotos.
Ubicados en un ámbito ajeno a identificaciones temporales concretas, Ricardo Darín y Érica Rivas (quienes ya trabajaron juntos en el filme Relatos salvajes) dotan de cuerpo y coreografía anímica a ese dúo de seres (Juan y Mariana) con ganas de confesarse frente al público, al que invitan a una fiesta tragicómica y adornada a base de frases conmemorativas.
En sustitución de los inolvidables Erland Josephson y Liv Ullman, Darín y Rivas aportan cercanía verbal y dardos de complicidad, en los que es fácil ver brotar la comunicación con los estados coincidentes.
Tras su estancia en la Villa y Corte (para la que ya no quedan entradas disponibles), Escenas de la vida conyugal viajará al Teatro Olympia de Valencia (del 18 de noviembre al 6 de diciembre). Y de allí, el equipo partirá a las entrañas del Teatro Maipo de Buenos Aires, tal vez en espera de que Juan y Mariana regresen a los escenarios con la adaptación de Saraband (la secuela que firmó Bergman en 2003). Pero eso será cuando medien muchas estaciones más…
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