Queens of the Stone Age, sin fisuras
La banda estadounidense de "Songs for the Dead" cierra la trilogía iniciada con "Like Clockwork" (2013) y "Villains" (2017), con el sorprendente disco titulado "In Times New Roman..." (Matador): un álbum plagado de letras autodestructivas, surgidas desde la rabia y la ira de Josh Homme. Los diez temas de esta obra rocosa y atrayente desarrollan una narrativa de voluntario desapego emocional, emulsionado por la voz épica de Homme y las guitarras envolventes de Troy van Leeuwen y Michael Shuman.
Queens of the Sone Age se han erigido como una de las bandas más excitantes y brillantes de la miscelánea roquera surgida en USA durante los confusos años noventa. El quinteto liderado por Josh Homme no suele hacer concesiones a la mercadotecnia vacía de contenido artístico, aposentado siempre en su visión directa y agresiva de una concepción melódica ajena a los peajes desamortizadores. Tales credenciales las han mantenido más o menos inalterables los miembros de Queens of the Sotne Age a lo largo de las cerca de tres décadas de currículo sonoro; razón comprensible por la que sus seguidores les han premiado con una confianza ciega, basada en la incapacidad de los norteamericanos para traicionar sus esencias creativas.
In Times New Roman… (Matador) es el último trabajo de estudio de la formación de Seattle (el octavo en su trayectoria): una obra coherente con la ambientación habitual en la que se refugian Queens of the Stone Age, y que responde -en este caso- a uno de los períodos existenciales más complicados en el día a día de Josh Homme. Unas jornadas que le dejaron un divorcio traumático y una batalla con éxito contra el cáncer. Esto ha hecho que las letras de este esperado tercer título de la trilogía amparada bajo el sello Matador sean como dardos sin anestesia, dirigidos a las convicciones humanas protegidas por la esperanza de cambio y a los artificios sociales ocultos tras las debidas máscaras subliminales.
Si In Times New Roman… fuera un cuadro, posiblemente se encuadraría a caballo entre el tenebrismo de Renbrandt y las pinturas negras Goya; aunque igualmente podría exhibir una vena palpitante de acercamiento hacia el barroquismo profundo y desgarrado de Caravaggio. Así es como se perciben las canciones sin red que componen el álbum, y que dibujan invisibles tentáculos de amargura abismal. Una paleta de grises y sombras donde el timbre cavernoso de Josh Homme aporta un cierto tono de variaciones sacramentales, emulsionadas por su alejamiento de cualquier mensaje moralista o ligeramente salvador.
QUEENS OF THE STONE AGE PONEN MÚSICA Y LETRA A LA CRISIS EXISTENCIAL EN LA QUE SE HALLABA JOSH HOMME CUANDO COMPUSO “IN TIMES NEW ROMAN…”
“There ain’t nothing to win/ I’m making music for all stereotypes/ Modern love, unsentimental consquences, schnonconsequences (…)“. Estas palabras, contenidas en Obscenery (el primer corte del disco), dejan huella en los oyentes, como una poderosa y explosiva declaración de intenciones sin medias tintas. Una sentencia en la que Josh Homme asume su papel de gran gurú de partituras multitudinarias, sometidas al ritmo cambiante de un punto de vista peleado sin tregua contra lo políticamente correcto.
Ese hilo comunicante bosquejado en Obscenery continúa su letanía a lo largo de los nueve temas restantes, en los que el quinteto de Seattle lega un fiel repaso de su riqueza de variaciones instrumentales, en las que existe el golpe impulsivo y genuino del hard rock de asfalto y alquitrán; la magia transformadora de la electrónica sin etiquetas exclusivistas; la estulticia que suponen los sones fáciles de corear, propios de los artistas mainstream; y la egregia presencia de su particular manera de entender el krautrock (ese movimiento germano de los años sesenta y setenta, que fundía con imaginación la psicodelia medioambiental y la exploración obsesiva).
Josh Homme, Troy van Leeuwen, Michael Shuman, Dean Ferita y Jon Theodore ofrecen el curso progresivo de In Times New Roman... sin artificios innecesarios, solo interesados en contagiar la autenticidad que transmite cada uno de los cortes de este Cd verosímil y a ratos hipnótico.
Tracks tan atronadores como Paper Machete, Negative Space, Made to Parade, Emotion Sickness o Time and Place condensan un sinfín de atmósferas apremiantes, donde la visceralidad deja paso a punteos aguerridos, falsetes dramatizados, percusiones secas y tridimensionales, y teclados sintonizados en las simas de las rebeliones airadas.
“In an atmosphere I don’t recognize/ I dón’t know what’s true/ Particularly if it’s from you/ On betrayal it tears me up inside/ i’m just a fool who is terrified (…)“. Un estupendo resumen, contenido en Negative Space, de lo que vierte el nexo argumental de este sorprendente y genial octavo disco de Queens of the Stone Age.
Nota: Queens of the Stone Age triunfaron el pasado 8 de julio en Madrid, dentro del programa del Mad Cool Festival.
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