Nosferatu volverá a las salas
El cineasta estadounidense Robert Eggers (La bruja) es el encargado de ponerse al frente de la nueva versión de "Nosferatu": la película vampírica con la que F. W. Murnau triunfó en las salas hace poco más de un siglo. El camaleónico Nicholas Hoult (Renfield) es el actor escogido para encarnar al personaje protagonista, mientras que Bill Skarsgård se pondrá la capa del rol del maquiavélico conde Orlok.
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Nosferatu se convirtió en el convulso año de 1922, merced al creador alemán Friedrich Wilhelm Murnau y al icónico y misterioso Max Schreck, en una de las películas más admiradas de la época del Expresionismo teutón. La narrativa poética y de inspiración freudiana, en la que se instaló la cinta, cautivó a simbolistas y románticos por igual; al tiempo que los amantes del terror vampírico sentían emociones agresivas, frente a los cuidados e imaginativos planos que destilaba la obra en formato de celuloide. A eso se sumaba el magnetismo gestual que irradiaba el rostro decrépito del berlinés Max Schreck, quien consiguió difuminar la frontera entre la realidad y la ficción, al hacer creer al público que él era en verdad un heredero de Drácula, en sentido literal.
Junto a la genial recreación de Murnau del periodo de entreguerras, Werner Herzog elaboró décadas más tarde un remake inspirador y convenientemente espectral, estrenado en 1979 bajo el título de Nosferatu, vampiro de la noche. En esa ocasión, el extremo Klaus Kinski fue el encargado de poner rostro al temido conde, siempre con la huella de Schreck mediatizando cada uno de los movimientos del actor de Fitzcarraldo.
Después de más de cuarenta años de la producción de Herzog, el norteamericano Robert Eggers recupera la esencia del relato pensado por Murnau, para escenificarlo con la tecnología propia del siglo XXI, mezclada con las sinuosidades góticas que dominan en la historia construida a partir del libro de Bram Stoker.
Todavía se desconoce si finalmente Eggers rodará las secuencias de la peste negra y el secuestro de Mina Harker (nominada en el film como Ellen Hutter) en los canales venecianos; pero lo que sí ha trascendido es que el grueso de la movie se situará en una localidad germana, durante el siglo XIX.
Uno de los elementos más llamativos de este nuevo acercamiento a Nosferatu es su nutrido reparto. El efectivo Nicholas Hoult (Renfield) es quien encabeza el cuadro dramático, en el que también colaboran Aaron Taylor-Johnson (Bullet Train), Bill Skarsgård (It), Lily-Rose Depp (The Idol) y Willem Dafoe (quien tuvo la oportunidad de caracterizar a Max Schreck, en La sombra del vampiro), entre otros.
NOSFERATU ES UNA DE LAS PELÍCULAS MÁS ICÓNICAS SOBRE EL MITO DEL VAMPIRISMO
Tras algunos anuncios sobre la retirada definitiva del proyecto, parece que al final las cámaras de grabación comenzarán a funcionar este verano, para componer la visión actualizada de un mito que creció al compás que lo hacía la leyenda cinematográfica de Drácula. El perjudicado y enfermizo conde Orlok se alimentó del sentimiento autodestructivo del “no muerto” de la novela epistolar de Bram Stoker, para dar origen a un fantasma obsesionado con el amor febril y estimulado por la insumisión religiosa, mientras condena al mundo a una pandemia de naturaleza genocida.
Ese elemento poético y onírico fue potenciado al máximo en las obras de Murnau y Herzog, y nada invita a pensar que haya sido evitado por la mente creativa de Robert Eggers. El responsable de La bruja y El faro ha dado muestras suficientes de su talento para generar atmósferas irrespirables, capaces de helar la sangre con un simple ruido o un aquelarre de efectos imprevisibles.
Bill Skarsgård no coincide con las ambiciones psicopáticas y perfeccionistas de Max Schreck, en cuanto a levantar suspicacias con respecto a su faceta vampírica; pero sí es capaz de seguir similares esquemas interpretativos, recitados al límite de lo paranormal. El hijo de Stellan Skarsgård ya ha exhibido semejantes dotes demoniacas en películas como It, y no es de extrañar que vuelva a concitarlas para su caracterización como el conde Orlok.
No obstante, el intérprete sueco nunca ha desplegado el nervio enloquecido de los predecesores Max Schreck y Klaus Kinski; aunque Nosferatu también es un clásico de los escenarios decadentes, sujetos a las pinceladas mortuorias de un romanticismo de camposanto. Un universo en el que siempre pervivirá la imagen inmanente de Isabelle Adjani, ahora sustituida por Lily-Rose Depp.
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