Michael Gambon duerme en la cama de Winston Churchill
Michael Gambon interpreta al carismático Primer Ministro de Reino Unido.
El actor irlandés trabaja a las órdenes de Charles Sturridge, en Churchill’s Secret.
Las residencias de los jefes de estado siempre han estado surcadas por silencios convenientes.
En un mundo donde se rinde excesivo tributo a la fortaleza, la vulnerabilidad suele pagarse con la pérdida de confianza por parte de los ciudadanos. Sin embargo, la edad no perdona; y los socavones motivados por las constituciones enfermizas o por los excesos voluntarios pasan factura incluso a los líderes políticos. Otra cosa es que tales desfallecimientos ocasionales hayan sido aireados por los medios de comunicación.
Una situación como la planteada es la que compone el tema central de la novela The Winston Churchill Secret: KBO, escrita por el polifacético Jonathan Smith. Argumento al borde de lo sorprendente que conforma el libreto del telefilme de dos horas, que el director Charles Sturridge (Shackleton) graba estos meses en distintas localizaciones de Inglaterra (Londres y Kent, como principales escenarios).
MICHAEL GAMBON Y EL PACIENTE INGLÉS
El guion elaborado por Stewart Harcourt comienza el 23 de junio de 1953. Apenas un mes antes, Isabel II fue coronada con todos los honores (hecho acaecido el 2 de junio). A ese acto asistió -como era obligado- el Primer Ministro, con su aspecto inmaculado y su socarronería medioambiental, sintetizada en el eterno puro apagado.
Pero esa escena era en realidad una simple fachada: mientras el mandatario isleño daba muestras de encontrarse perfectamente, en su interior el corazón bombeaba las pulsaciones de un susto que no tardó en concretarse. El crash coronario ocurrió en una cena privada con amigos, que tuvo lugar durante la noche del 23 de junio.
En tal fecha, Winston Churchill sufrió un severo ataque cardiaco; sin embargo, la opinión pública nunca supo gran cosa sobre esta crisis en la comandancia de Reino Unido. De esto se encargaron los familiares y la burocracia del partido.
Con la joven enfermera Millie Applegate como hilo conductor, el proyecto financiado por Daybreak Productions imagina cómo se escondió la mencionada crisis en el 10 de Downing Street; al tiempo de exhibir una faz personal y cercana de uno de los políticos más célebres en el pasado siglo XX.
Charles Sturridge promete una cuidada ambientación histórica, aunque sus esfuerzos van más dirigidos hacia captar la parte más humana de nombres tan conocidos por las audiencias –aparte del de Sir Winston– como el de Anthony Eden. En este sentido, la trama enfatiza su perspectiva dramática a través de la mirada inocente de la señorita Applegate, a la que pone físico la actriz Romola Garai (Expiación).
Al lado de la convincente intérprete de Emma, el reparto reúne un grupo de rostros famosos, entre los que destacan el de Michael Gambon (el último profesor Dumbledore efectúa un ejercicio de transformación más que notable, para ser identificado como Winston Churchill), Matthew Macfadyen (Randolph Churchill), Alex Jennings (Anthony Eden), Tara Fitzgerald (Diana Churchill) y Lindsay Duncan (Clementine Churchill).
Transcurridas las décadas, y embocados en la espiral de una nueva centuria, resulta un poco increíble que no se hiciera público el traspiés del gobernante que aportó solidez moral a GBR, cuando las bombas nazis aterrorizaban Londres.
Pero, si se sitúa el hecho en medio de un entorno tan confuso como el de la Guerra Fría, seguro que es más fácil comprender que los secretos de estado en los cincuenta gozaban de impunidad absoluta.
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