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Bill Wyman edita Back To Basics (Proper Records).
El álbum emula los sonidos más identificativos de su guitarra.
Al comprobar que su último disco en solitario data de 1982, muchos pensarán que la carrera musical y artística de William George Perks ha estado en barbecho demasiado tiempo.
Pero, si este dato se completa con la información adicional de que hasta 1993, BW estuvo al pie del cañón como bajista de The Rolling Stones -aparte de realizar actividades tan variadas como la de arqueólogo y fotógrafo- , las tres décadas largas de ese mencionado parón no han significado realmente pérdida alguna de contacto con el mundillo de la creación.
Es más, Back To Basics es producto de esas experiencias acumuladas con el paso de los aniversarios, como si el compacto fuera un vino escondido en una bodega adecuada para que no malograr su exquisito cuerpo.
Bill Wyman ha esperado lo necesario; y tras ese período ha dado al mundo una nueva obra como autor: doce temas (13, en versión de lujo) de los cuales nueve son inéditos, y tres responden a remasterizaciones procedentes de demos guardadas su baúl de los recuerdos.
BILL WYMAN ES UN HOMBRE ORQUESTA
Cuenta la biografía del compañero de aventuras de Mick Jagger y Keith Richards, que nunca quiso ser un guitarrista de pro, sino que su estilo se acomodaba más a los márgenes de los apoyos metálicos.
Así lo ratificó en su tierna juventud, al no poder hacerse con los sonidos sorpresivos de una añeja Burns. Sensaciones que se volvieron amor a primera vista al escuchar los requiebros del bajista de Barron Knights.
Con esas certezas profesionales, de 1962 a 1993, Bill Wyman fue miembro oficial de The Rolling Stones; y por sus manos pasaron joyas de las melodías populares, tales como Sticky Fingers y Sympathy for the Devil. Sin embargo, el londinense quería probar emociones nuevas, antes de incinerarse con el impacto mediático de Sus Satánicas Majestades.
Por eso, en 1974, BW inició su carrera en solitario con Monkey Grip, trabajo que -pese a no dar mucho de sí- le otorgó las alegrías de las pequeñas audiencias, bastante más en consonancia con el apego de las líricas paridas desde el desencanto que el capitalino comenzó a idear.
Y de ese palo va Back To Basics (Proper Records), un disco que traspira sinceridad de pentagrama, y esencias de letras teñidas con episodios probablemente sustraídos de la existencia de este amante de las mujeres. Versos que le dibujan como un señor de melena al viento y dicción vaporosa, poco dado a los galanteos con la mercadotecnia sin fondos alentadores.
Carente de la voz contagiosa de Jagger, Wyman usa sus cuerdas vocales para emular los universos tridimensionales de gente como Tom Waits, Leonard Cohen y JJ Cale. Una postura estilística que el músico aliña a la perfección con sus melodías hirvientes, siempre apuntadas a enfocar el ánima escondida de alguna canción.
Sin desmayos desconcertantes, Bill ya alienta a sus seguidores sobre una posible gira al frente de su grupo de cabecera desde 1997 (The Rhythm Kings); a la par que tampoco descarta acompañar a sus antiguos camaradas en los fastos conmemorativos de Sticky Fingers.
Como en el tema de Back To Basics titulado I Got Time, este tipo orquesta de setenta y nueve años atesora energía para rato. Algo esencial para convertirse con todos los honores en una de las Satánicas Majestades del rock…. Continuamente en pacto eterno con el Fausto de los decibelios.
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