Maroon 5 organizan una desenfadada fiesta pop con “Overexposed”
Cerca de veinte años separan las actuales sesiones discotequeras del quinteto de California de esos chavales de instituto que tenían a Nirvana y a Pearl Jam como sus ídolos de plástico; elevados a un altar improvisado a base de espinillas reventonas, revoluciones por minuto y sonidos de garaje sincopado. La senda curricular de Levine y sus muchachos resulta cuanto menos sorprendente por su eclecticismo reinante, un historial sinfónico en el que tienen cabida de Michael Jackson a Prince, de Rhianna a Talking Heads. Esas influencias diversas y variadas (ajenas a un conformismo dogmático pautado mediante géneros y estilos) están bien presentes en su cuarto disco de estudio, titulado Overexposed: compact que acaba de salir a la venta editado por el potente sello Universal Music.
Doce temas diseñan el universo voluntariamente pop en el que se instalan Maroon 5 para este especial trabajo grabado en la cuna del surf, donde los chicos de la tierra de las naranjas despliegan sus emociones amatorias y existenciales, al ritmo de baladas de mechero y percusiones de guateque vip. Así lo refleja por ejemplo el single que los músicos estadounidenses lanzaron como avanzadilla, el más que apasionado Pay Phone (un testimonio de desesperación a lo Telephone Line, de la ELO, que comparte al cincuenta por ciento el timbre de Adam Levine con el del rapero Wiz Khalifa).
Ese tono general de suavidad melódica y luces a lo Fiebre del sábado noche se extiende por la totalidad del álbum, con el que el grupo espera repetir las más que notables cifras de ventas conseguidas con los pasados Hands All Over (2010) y el sincero Songs About Jane (2002). Una hazaña de mercadotecnia y talento que mezcla la hondura lírica de las letras, con una producción de las de altura en el mundillo de los trovadores del siglo XXI (en este caso, Maroon 5 han podido reunir en la mesa de sonido a gente tan potente en el cosmos de las ondas como Max Martin, Ryan Tedder, Shellback y Benny Blanco).
Al igual que en las tres obras anteriores, con las que obtuvieron un par de premios Grammy; Overexposed se nutre de las musas que campan en la cabeza de sus miembros del team, que en esta actual formación responden a las identidades de Adam Levine (voz y guitarra), James Valentine (guitarra y coros), Jesse Carmichael (teclados, guitarra y coros), Mickey Madden (bajo) y Matt Flynn (batería y percusión). De sus horas en acústico han surgido confesiones de romanticismo nocturno (One More Night); deseos expresados con insinuaciones de cierta psicodelia urbana (Daylight); bosquejos de connotaciones tabaqueras (Lucky Strike); metáforas con esencia de cuento pergeñado por los Coen (The Man Who Never Lied); u homenajes velados a los Bee Gees, aunque sólo sea por el bautismo de una tonada (Love Somebody). Listado de incitaciones de cara a la inhibición esquelética del personal que incluso tiene espacio para incluir una versión del célebre Kiss, ideado inicialmente para Tom Jones por Prince.
Maroon 5 completa con estas coordenadas un CD en el que están presentes las constantes casi nostálgicas de sus canciones pegadizas y fáciles de escuchar; como si el oyente se instalara en el coche de la saga de Regreso al futuro y, en vez de avanzar en el calendario, retrasara el reloj hasta la década de los ochenta y principios de los noventa. Tiempos de pop neurálgico y rock mainstream en los que se alumbraron algunos de los hits más redondos destinados a ser radiados en emisoras aglutinadoras y claramente populares.
“I’m at a pay phone/ Tryin’ to call home/all of my change/ I spent to you…” (“Estoy ante un teléfono de pago/ Intentando llamar a casa/ todo mi cambio/ lo gasté en ti…”). Estas palabras, metafóricas o literales, son como una especie de declaración de pareceres en el quinteto californiano, para centralizar el mensaje de Overexposed: crear un vehículo, capaz de dejar satisfechos a todos los que se han sumado a la carrocería de la banda de Levine y Valentine conforme han ido construyendo su propia faz, su cuerpo autoral; un monstruo de Frankenstein tan exitoso como complaciente.
Más información en http://www.maroon5.com