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La diva del dance, Kylie Minogue, lanza a la venta el álbum número doce de su carrera: el esperado Kiss Me Once (Warner Music).
Hace más de veinte primaveras, la cantante australiana más mediática del momento monopolizó las pistas de baile proclamando que debía tener suerte en el amor (I Should Be So Lucky In Love fue su primer hit en las listas de éxitos). Transcurrido ese tiempo, no se sabe cómo irá el corazón de esta atractiva mujer de apenas 1,60 de estatura; pero lo que sí se puede asegurar es que los laureles conseguidos en las discotecas -al compás de la totalidad de sus trabajos- son dignos de figurar en el libro Guinnes de los récords.
Tras millones de discos vendidos en los cinco continentes (y alguna que otra galaxia no computada por la billborad estadounidense), Kylie Ann Minogue (Melbourne, 1968) afronta el lanzamiento de la decimosegunda obra en su carrera.
Un CD de ritmo contagioso y colaboraciones de relumbrón, que lleva por título Kiss Me Once (Warner Music).
KYLIE ESTÁ DISPUESTA A TODO
Las vivencias de los últimos años (en concreto, las referentes a las rupturas sonoras y a la superación de una terrible enfermedad cancerígena) han construido la moldura de una nueva Minogue, una estrella con esqueleto de esponja sinfónica, a la que le gusta experimentar con los estilos más demandados en las pasarelas del divismo.
De esta manera, y para apuntalar el camino iniciado con X y Aphrodite, la oceánica compone once tracks en los que el espíritu de compañeras como Rhianna y Beyoncé está muy presente, aunque tamizado por la profunda personalidad de esta fémina de mirada pícara y contoneos enloquecedores.
Las décadas que acredita en el negocio KM la han dotado de una sabiduría intuitiva y efectiva, caldo de cultivo proteico que se puede contemplar en Kiss Me Once, un compacto en el que hay disfrute y alegría por encima de preocupaciones más trascendentales.
Ese espíritu festivo y sensual lo ejerce la popular queen de genética isleña (siempre con permiso de Lady Gaga y Madonna), con las tablas de una muchacha acostumbrada a los cambios sutiles en su repertorio, continuamente en estado de evolución.
Tarea titánica en la que, para este trabajo número 12, ha contado con la inestimable ayuda de Pharrell Williams (quien ejerce como productor, compositor y vocalista); Jay Z, de Roc Nation; Sia Furler y del español Enrique Iglesias.
Todos ellos acompañan los trinos y los neuróticos caderazos de Kylie, a través de una batería de temas en los que hay espacio para sensualidades de laboratorio (Sexercize), baladas con románticas puestas de sol (Beautiful), juegos de cocktail y saltos a la comba (I Was Gonna Cancel), y declaraciones más o menos envueltas en papel de manual de autoayuda (Feels So Good).
En definitiva, un viaje a las bolas de colores y la psicodelia dance cuyo ticket de salida lo materializa Into The Blue, lírica urbanita escogida como single donde la solista parece desprenderse de sus sentimientos pretéritos, para acceder al presente.
Sentimiento que trasciende por los renglones de un mensaje adornado con las imágenes en blanco y negro de Dawn Shadforth, y una letra que reúne las esencias electrónicas, y hasta dubstep, en las que la australiana anda metida en este 2014.
Fiel a ese resurgimiento en un mundo competitivo, Kylie Minogue encarna el papel de diosa de los escenarios, y ficha una vez más como figura imprescindible en los clubs de moda, destinados a que el personal mueva el esqueleto con pulsión de pentagramas.
Kiss Me Once se erige así como un peculiar trono de luces y estolas de plumas de avestruz, que la compatriota de Liam Hemsworth piensa defender con pasión en la gira mundial que pronto iniciará.
Un tour que traerá a la sex symbol a España, el próximo 13 de octubre (en Madrid, en El Palacio de los Deportes) y el 14 del mismo mes (en Barcelona, en el Palau Sant Jordi).
Vídeo oficial de “Into The Blue”, proporcionado por Warner Music
Más información en http://www.kylie.com
