Kasabian, directos al oído
Kasabian triunfan en las listas británicas con el quinto disco de su carrera, “48:13” (Sony Music, Columbia).
El hedonismo se ha convertido, en el tercer milenio, en una especie de escudo contra la masificación.
Así como la rebeldía generacional definió a no pocos jóvenes en la década de la posguerra (ese enriquecedor y antropófago período caracterizado por los equinos de metal domesticados por Marlon Brando, la visceralidad contestataria de los Jóvenes Airados Británicos, o las posturas antisistema de los Beat); el siglo XXI invita a activar las neuronas a través del juego, sin tomarse en serio gran parte de las incongruencias de la sociedad contemporánea.
Mucho de ese poso reactivo, aderezado con pátinas de desconexión aparente, hornea cada disco de Kasabian, como si se tratara de una levadura especial y enérgica.
Esta banda, nacida al escalofrío de Leicester (según las crónicas oficiales, en 1997), es de las de pegada rockera al más puro palo del urban strike: pliego de instrucciones no escritas, que no permite escapadas auditivas a paraísos reflexivos. Lo único que acepta como moneda de cambio son los sonidos envolventes y contagiosos, cual argamasa endurecida en la city life.
Un savoir faire que en el último disco del cuarteto inglés, bautizado 48:13 (Sony Music, Columbia), se torna en un paisaje sin espesuras, carente de profundidades deformantes, claro y directo: justo como ellos han querido que sea.
KASABIAN PRACTICAN EL NUDISMO ARTÍSTICO
Después de vender todo lo vendible con su anterior trabajo, el sorprendente y rompedor Velociraptor! (2011), Tom Meighan (Vocalista principal); Sergio Pizzorno (Guitarrista, voz, programador y teclados); Chris Edwards (Bajo); e Ian Matthews (Batería) necesitaban reencontrar su esencia, perdida entre tanta admiración mediática y comentarios de tipos que incidían en la catalogación primaria del grupo (cuando, a raíz de su ópera prima, les colgaron el cartel de ser una mezcla extraña entre The Stone Roses, Primal Scream y Oasis).
LA BÚSQUEDA
Para librarse del fantasma de lo previsible en sus composiciones, Kasabian han procurado desarrollar, a lo largo de la década que va de 2004 a 2014, su propio diario de ruta creativa.
Senda en la que 48:13 cumple la misión de incentivar la teoría de que los de chicos de Empire poseen una personalidad sinfónica inconfundible.
En este sentido, la actuación de Sergio Pizzorno como productor absoluto del álbum (labor que comenzó a ejercer de refilón en Velociraptor!) ya exhibe la decisión de los muchachos de Green Fairy y Processed Beats de apostar por las pinceladas distinguibles, sin por ello renunciar a la carga comercial de sus compactos.
Y el cuadro que ha surgido, después de intensas sesiones de laboratorio y estudio de grabación, muestra la versatilidad de unos músicos con accesos de genialidad, casi siempre capaces de elaborar entramados instrumentales realmente brillantes.
Un signo de autoría más que notable que queda algo distorsionado por los ripios de sus líricas. Versos que construyen letras un tanto desequilibradas con respecto a las punciones sangrantes de las guitarras, las orgiásticas declamaciones de los sintetizadores y los golpeteos sudorosos de la batería.
Titulado como la duración de los trece cortes del compacto, 48:13 no es voluntariamente –como cabría puntualizar en otras formaciones- un CD de madurez, ya que la alegría y la lúdica contemplación de la realidad siguen siendo denominadores comunes en los temas del álbum, como en anteriores trabajos.
Cuestión que, en cierta forma, viene a fotografiar una huella de irrenunciable identidad para el grupo que tomó su nombre de Linda Kasabian (la testigo que ayudó a meter entre rejas al sádico Charles Manson); y que se deja notar ampliamente en tracks de ironía sin dobleces como Eez-eh (primer single del disco), Bumblebeee, Stevie o Bow.
Itinerario en el que Meighan, Pizzorno, Edwards y Matthews no renuncian ni a las trovas en latín, como es el caso de Mortis, con una lectura en la lengua de Julio Cesar efectuada por Wif Dilon.
En definitiva, un viaje por la diversión made in Kasabian, que los fans podrán contemplar en España el próximo 18 de julio, dentro del marco del FIB (el Festival de Benicàssim).
Vídeo oficial de “Eez-eh”, canal Vevo en youtube
Más información en http://www.kasabian.co.uk