Joan Brossa, el poeta de la imagen
La editorial Visor presenta "Antología de poemas visuales": un conjunto de alrededor de 58 composiciones, firmadas por el creador catalán.
Joan Brossa fue un eficaz y versátil prestidigitador de las palabras: utensilios cargados de intenciones diversas, con los que el artista/rapsoda nacido en Barcelona construyó poemarios devenidos en secuencias; aunque también es posible que fueran imágenes llevadas al terreno de las grafías lingüísticas.
Las evocaciones casi freudianas con las que este inspirado admirador de Stéphane Mallarmé compuso los llamados poemas visuales desplegaron un ideario alimentado por rutinas dramatizadas, por objetos despojados de su carácter épico y consumista, y por políticas surgidas de su profundo compromiso con las luchas sociales y libertarias.
Tales piezas, muchas de ellas nunca expuestas en museos y galerías, son las que nutren el esqueleto formal de Antología de poemas visuales: el título con el que la editorial Visor recupera el trabajo de este gran vanguardista, que desojó con fantasía la margarita del Simbolismo, el Surrealismo y el Dadaísmo; y el cual supo incorporar las preocupaciones de su tiempo -oscurecidos por la dictadura franquista- a sus sinceros caligramas, deudores de su pasión por el teatro y la magia escénica.
Joan Margarit ha declarado en numerosas entrevistas -tras la consecución del último Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana– que un poema es ante todo un acto de verdad, sin medias tintas de por medio. Una afirmación que adquiere signos de brújula militante, en cada uno de versos de Brossa; como si el único punto de fuga posible fuera el horizonte, que se atisba más allá de los discursos carentes de falsos mensajes y de fuegos de artificio innecesarios.
JOAN BROSSA, EN ESTADO PURO
El arte como disfrute de un espectáculo sincronizado de palabras e imágenes (muchas veces, sin utilizar las herramientas propias de los caligramas) es lo que mueve la dinámica de Antología de poemas visuales, en clara conjunción con el espíritu plástico que Brossa intentó materializar a lo largo de su extensa andadura profesional.
La misma portada del citado volumen sugiere la simplificación de la utilidad de los versos hacia un centro de diana claro y diáfano; como si estos se transformaran en balas, dirigidas directamente a la conciencia del que lee. Y el resultado es un fantasioso juego de asimilaciones, orquestado para exhibir la esencia que estimula cada uno de los textos y dibujos del creador barcelonés.
Dos conjuntos de poemas, elaborados entre 1959 y 1970, son los que aglutina la obra lanzada al mercado por la editorial Visor. En concreto, se trata de Suites de poesía visual (1959-1969) y Poemes habitables (1970). Semejante díptico proteico y enriquecedor incluye un puñado de creaciones reveladoras del vasto legado de este renovador de conceptos, bautizado como Joan Brossa i Cuervo. Un hombre de determinantes impulsos vitales y líricos, al que le inspiró grandemente el mundo que conoció, y que le permeó sus imágenes vestidas con palabras.
¿O eran más bien palabras regadas con la savia de las estampas visuales a las que estas remitían?
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