Jeff Buckley vuelve a rasgar la guitarra
Jeff Buckley resucita a través de diez brillantes grabaciones, previas a la edición del celebrado álbum Grace. Columbia y Legacy Recordings recuerdan al talentoso cantautor californiano a poco de cumplirse veinte años de su fallecimiento, y exhiben -con su trabajo en los escenarios y el estudio- el poder artístico del eterno joven rapsoda, siempre ataviado con el traje de los trovadores contemporáneos.
“Era como una gota de agua pura en un océano de ruido“. Bono, el vocalista de U2, se refirió con estas palabras al profundo autor de Lost Goodbye: frase cargada de reconocimiento hacia el también responsable de una de las mejores versiones del tema Hallelujah, popularizado por Leonard Cohen, a partir del Corpus Christi Carol de Benjamin Britten.
Jeff Buckley vivió como un maestro en evasiones prematuras al estilo de Jim Morrison, como si tuviera las horas contadas para desplegar su indudable sensibilidad a la hora de interpretar cualquier tipo de música. Sin egos de cocinero absoluto y mediático de melodías, el tenor con alforjas de rockero y amante del folk en sepia deambuló por el circuito más a gusto en el vivo y el directo, que dentro de la impostada mercadotecnia.
Un solo disco, el espectacular Grace, le otorgó al estadounidense un sitio destacado en el bulevar de los genios de las notas y las letras; aunque en el camino de sus actuaciones dejó material suficiente con el que montar un currículo mucho más extenso. Es una lástima que la muerte le sobreviniera en 1997 cuando aún no había cumplido treinta y un años, mientras nadaba en las aguas del traicionero Misisipi; pero su leyenda ya se había empezado a gestar desde 1993, cuando sorprendió a propios y extraños con un inmejorable EP, fogueado con las balas de la inspiración sudorosa.
Casi dos décadas después de esa fatídica fecha, el productor Steve Addabbo recopila un conjunto de demos y actuaciones inéditas en su mayoría, que contribuye a engrandecer la figura del chaval de la melena rebelde, horneado en las entrañas culturales del East Village neoyorquino.
JEFF BUCKLEY RESURGE DEL OLVIDO
Los ripios de Bob Dylan resuenan con una fuerza visceral al comienzo de You and I, en una aproximación triste y tormentosa del mítico Just Like a Woman. En la garganta de JB, la lírica del poeta de Mr. Tambourine parece como moldeada por graves operísticos, traducida a un lenguaje de belicosa trascendencia, a la par que reflexivo y deslumbrante.
Este inicio tan peculiar es un simple apunte descriptivo de lo que esconde el recopilatorio ideado por Columbia y Legacy. Bajo la norma de desgranar píldoras de genialidad, y tras el mencionado primer corte, Buckley toma un aire más agresivo, con las adictivas exploraciones de Everyday People, de Sly Stone, y Don’t Let the Sun Catch You Cryin’, de Joe Green.
Tal salto al vacío adquiere tonalidades más reconocibles con la demo -desconocida hasta el momento- de Grace: el himno para outsiders y noctámbulos, que Jeff compuso al lado de Gary Lucas. Balsa de autoría declarada que confluye en el emotivo rictus de Calling You: la balada nómada y cinematográfica pensada por Bob Nelson.
Después de terminar con los últimos acordes del citado hit, el californiano suelta unas palabras que explican ante su público la necesidad que siente por crear músicas diversas, capaces de corporeizar su fantasía frente a la guitarra y el micrófono. Y con esa vitamina destinada a contar historias -capaces de empatizar con los humanos sedientos de similares emociones- es con la que elabora Dream of You and I (auténtica joya por testimonial, que Addabbo y Steve Berkowitz regalan a los admiradores).
Aunque el material restante no varía su importancia melódica respecto a lo que ofertan las pistas anteriores de You and I. Continuación que adquiere caracteres épicos con la inclusión de las increíbles asunciones de The Boy with the Torn in His Side y del dramático I Know It’s Over (ambas songs tomadas prestadas del repertorio inmenso de Johnny Marr y Morrisey); además de la eufórica tonada Night Flight, imaginada con las pinturas de guerra que le otorgaron en su día John Paul Jones, Jimmy Page y Robert Plant.
Al final, ese “sé que está terminado” (I Know It’s Over) parece como macabramente profético, si se entiende por el lado morboso de los mensajes trascendentales. Pero con Jeff Buckley nada está finiquitado del todo, y el telón nunca caerá completamente…
Vídeo relativo a la edición de You and I, por jeffbuckleyVEVO
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