High Society celebra su gran boda en Londres
High Society llega al Old Vic de la mano de Maria Friedman. La obra escenifica el libreto musical ideado por Cole Porter, para la homónima película de 1956.
Historias de Filadelfia ya era un clásico de papel dorado cuando Charles Walters convirtió su desarrollo un brillante musical, en 1956. George Cukor fue el causante de que la obra de teatro publicada en 1939, por Philip Barry, alcanzara la categoría de título imprescindible en el género de la comedia romántica; todo a raíz del éxito obtenido por la película que dirigió el maestro de Hollywood en 1940.
Los dieciséis años mediados entre las dos adaptaciones cinematográficas no restaron un ápice de la frescura y de la seducción que transmitían sus situaciones sacadas de los vodeviles más delirantes, y que Barry incrustó en el curso de una boda de clase alta.
El motivo más evidente para explicar el éxito de las dos cintas, pese a contar el mismo argumento, estribó en la diferente naturaleza de ambas obras. Mientras Historias de Filadelfia era un largometraje de diálogos chispeantes y ritmo frenético, desplegados por un trío de ases del star system del pelaje de Katharine Hepburn, Cary Grant y James Stewart; High Society centró su encanto en las melodías y canciones compuestas por el genio de Cole Porter, y destinadas a un terceto tan potente como el que conjuntaron Grace Kelly, Bing Crosby y Frank Sinatra.
Las cerca de sesenta primaveras que distan entre la producción de Charles Walters y la actualidad han contribuido a que generaciones de todos los signos hayan podido disfrutar de las dos movies precedentes. Un dato intencionado y necesario que ayuda a funcionar, noche tras noche, el montaje teatral de High Society, que aloja hasta el próximo 22 de agosto The Old Vic Theatre, en la cosmopolita urbe del Támesis.
HIGH SOCIETY VUELVE A PONER DE MODA LONG BEACH
La veterana escenógrafa Maria Friedman (Merrily We Roll Along) es la encargada de recrear la magia de un libreto que contiene hits tan imperecederos como True Love, You’re Sensational y Who Wants To Be A Millionaire? Un repertorio reconocible y encendido, al que Cole Porter dotó de letras y sinfonías contagiosas: vivas e inspiradoras.
El desnudo decorado, apaciguado con los focos que simulan los majestuosos porches de la mansión veraniega de la familia Lord, materializa una aventura en la que el reparto adquiere el protagonismo absoluto, sin distracciones ni ambigüedades.
Apuesta que otorga a Kate Fleetwood una presencia más que destacada, en la piel de la pizpireta y algo caprichosa Tracy Lord. Una labor para la que la isleña obtiene la ayuda anímica de intérpretes tan competentes -en tareas trovadoras y humorísticas- como Annabel Scholey (a la que se puede ver actualmente en el filme Walking on Sunshine), Richard Grieve, Rupert Young y Jamie Parker.
En cuanto a la trama, la cosa no ha cambiado en gran medida con respecto a los modelos a veinticuatro fotogramas por segundo. Al comienzo de la acción, Tracy Lord (Kate Fleetwood) está a punto de contraer matrimonio con el millonario y aburrido George Kittredge (Richard Grieve). Pero esta unión sin amor de por medio no va a permitirla el exmarido de la novia: el donjuán y poco maduro C.K. Dexter Haven (Rupert Young). Por eso, el hombre contrata los servicios de un par de periodistas del corazón, llamados Mike Connor (Jamie Parker) y Liz Imbrie (Annabel Scholey). Plan con el que espera recuperar el corazón de la confusa Tracy.
Los responsables del Old Vic dejan claro a todo el que pregunta que es necesaria la alta etiqueta figurada para asistir a las representaciones de High Society. Aunque, si no tiene traje de pingüino o no le apetece embutirse en uno, no se preocupe: seguro que C.K. le cuela en el backstage…
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