Christopher Eccleston ejerce de Mr. Scrooge
El intérprete que prestó su físico al legendario Dr. Who durante trece episodios en 2005 se convierte en el no menos icónico Ebenezer Scrooge, en esta adaptación teatral del clásico de Charles Dickens "Cuento de Navidad". El dramaturgo Jack Thorne (Harry Potter and the Cursed Child) y el director Matthew Warchus (Pride) regresan al Old Vic londinense con este animado espectáculo de luz y color, que no falta a su cita invernal en la cartelera de la urbe del Támesis desde 2017.
Christopher Eccleston ha modificado voluntariamente su apariencia exterior, para diseñar un convincente Ebenezer Scrroge; con su cuerpo plagado de aristas óseas, como si se tratara de una sombra chinesca que se proyecta con potencia en el interior del Old Vic londinense.
La figura amenazante y victoriana del usurero y prestamista ideado en 1843 por Charles Dickens regresa de esta forma a la cartelera capitalina de Reino Unido, como ha hecho sin falta desde 2017, cuando el papel cayó en las manos del galés Rhys Ifans. Un espectáculo interactivo, que en esta ocasión sirve para recaudar fondos en favor de City Harvest: una organización implicada con el reparto justo de alimentos.
El dramaturgo y guionista Jack Thorme y el escenógrafo Matthew Warchus versionan con emoción y fantasía la obra del autor de David Copperfield, tal cual llevan efectuando desde hace seis temporadas en el interior del Old Vic. Un encargo enriquecedor y desafiante, que se ha convertido en un clásico de esta época del año, en la que muchos niños y adultos desean encontrar el espíritu perdido de la Navidad, asfixiado entre deslumbrantes escaparates que animan al consumismo alienante e irracional, y desamortizado por la prevalencia individualista del liberalismo económico más salvaje y carente de empatía con los más desfavorecidos.
La Inglaterra del siglo XIX que aparece en el montaje de Warchus es una nación marcada por las diferencias de clase, y lastrada por la excesiva pobreza de los que poseen menos dinero. Un universo de abismales injusticias sociales, donde el capitalismo decide la vida y muerte de los seres humanos que deambulan por las estrechas calles de la metrópoli londinense. En medio de este panorama, el despiadado Ebenezer Scrooge domina las emociones de sus conciudadanos y vecinos, a los que estrangula con préstamos imposibles de pagar.
Este personaje oscuro y solitario es el que encarna el esbelto y camaleónico Christopher Eccleston, siguiendo la tradición de una larga lista de actores ilustres que han hecho suyo semejante rol, en exitosas producciones anteriores a esta; estrellas como Albert Finney, Jim Carrey o George C. Scott.
CHRISTOPHER ECCLESTON RECIBE A LOS TRES FANTASMAS QUE LE PONEN AL CORRIENTE DE SU SITUACIÓN ANÍMICA Y SENTIMENTAL
El montaje comandado por Matthew Warchus (con el que ganó de cinco premios Tony durante su gira estadounidense) se inspira fielmente en el texto decimonónico de Charles Dickens; aunque rompe esa ligera dependencia del original impreso, para ampliar el campo de visión con un puñado de composiciones líricas y números musicales, que hacen que la experiencia sea mucho más efectiva para enganchar a las audiencias de cualquier edad y condición.
Esa capacidad para otorgar a la historia de Mr. Scrooge un trasfondo coreográfico ya estaba presente en muchas de las adaptaciones cinematográficas y televisivas que se han visto en décadas precedentes; lo que aporta un elemento de nostalgia con el que confraternizan espectadores de diferentes generaciones. Un punto a favor de signo triunfalista, que han hecho posible el compositor Christopher Nightingale y los directores de orquesta Alan Berry y Mike Steel.
Con un ritmo acelerado y bien dosificado, Matthew Warchus no resta gravedad a la aparición de los fantasmas que componen el grueso del argumento de A Christmas Carol, y que fomentan la evolución del maquiavélico y aterrorizado Ebenezer Scrooge.
El ánima de Jacob Marley, y las almas pertenecientes al pasado, el presente y el futuro del protagonista componen un circo de insinuaciones macabras sobre la brevedad de la vida, y la imposibilidad de reparar todos los errores cometidos. Un viaje de barroquismo tenebroso, que iluminan convenientemente el cromatismo audiovisual y las notas bailables del espectáculo del Old Vic; ingredientes que contribuyen a que las sensaciones de ultratumba se atenúen bastante.
Quizá, las porciones de pastel de carne que los organizadores reparten al empezar cada función también ayuden a comprender mejor el universo victoriano del eterno Cuento de Navidad…
Nota: A Christmas Carol estará en el Old Vic Theatre de Londres hasta el 6 de enero de 2024.
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