Foo Fighters cantan por París
Foo Fighters dedican su EP Saint Cecilia (RCA) a las personas asesinadas por los yihadistas el pasado 13 de noviembre, en la urbe del Sena. Con este acto, la banda de Seattle homenajea a los golpeados directamente por la barbarie del EI.
Poco tiempo después de recibir la noticia de los brutales atentados en Francia, Dave Grohl se puso a redactar una carta abierta desde su habitación en un hotel berlinés, dirigida especialmente a las 130 víctimas y a los supervivientes de la masacre.
En las palabras del que fuera miembro destacado de Nirvana y de Scream quedaba claro el posicionamiento del músico en favor de la libertad y de la vida, inspirado por la rabia y la condena hacia la bestialidad desplegada por unos homicidas armados hasta los dientes; unos tipos enloquecidos y obsesionados por acabar con todo tipo de actividad existencial no coincidente con su dictadura dogmática.
El dolor provocado por las escenas de los cadáveres en las calles de la Ciudad de la Luz, y por los tiroteados sin piedad en la sala de conciertos Bataclan, animó a Grohl y a sus cuatro compañeros de Foo Fighters a conjuntar un esperanzador EP, diseñado expresamente para los caídos en la capital francesa. Trabajo que llega al mercado con la gratuidad de por medio, y con la invitación desinteresada de donar cantidades simbólicas a las víctimas de la barbarie.
FOO FIGHTERS SE ALÍAN CON LA PAZ
Saint Cecilia (RCA) es el título de la sentida obra: un cuadro con cinco temas, en los que el denominador común son los mensajes de comprensión hacia los que vieron el abismo pintado en los rostros de los terroristas. “Estas canciones pueden llevar un poco de luz a este, en ocasiones, oscuro mundo”, escribe Grohl, en la carta mecanografiada que acompaña al disco.
Esa perspectiva argumental -de solidaridad sin ambigüedades- es la que contempla el tema de inicio, un espectacular track en clave de pop nominado como el EP, y que toma su nombre de un conocido hotel situado en la ciudad de Austin, en Texas. A través de la suavizada lírica de nostalgias grunge, la canción sintoniza fielmente con el sentir de una población herida por la sinrazón de los asesinos, y que intenta resistir sin renunciar a sus derechos como seres humanos.
En la misma línea perpetúan su canto resistente las efectivas songs Sean, Savior Breath, Iron Rooster y The Neverending Sigh. Un quinteto de trovas cuyo réquiem se convierte en electricidad nutritiva, destinada a luchar contra los que desgarran los espíritus de los inocentes, e intentan mermar la convivencia multicultural a base de cargas explosivas, decapitaciones y disparos sin conciencia.
Durante el fatídico 13 de noviembre, la banda californiana Eagles of Death Metal interpretaba su música en la sala parisina Bataclan, cuando los criminales armados accedieron al interior del lugar. Según las fuentes policiales, los terroristas acusaron a los asistentes de idólatras, y sembraron la muerte con un sadismo virulento y alienado.
Contra semejante monólogo de sangre, Foo Fighters -al igual que el resto de sus compañeros de profesión- atrincheran sus instrumentos y su talento en forma de escudo; simplemente para demostrar que es esencial moverse sin el miedo constante y amenazador de las ideologías psicópatas.
Al final de la carta que acompaña al EP Saint Cecilia, el que fuera amigo de Kurt Cobain emplaza a los afectados por la masacre -y al resto de los terrícolas- a verse en un futuro muy próximo dentro de cualquier recinto perfumado con el aroma del arte sonoro. Un deseo que hermana a cualquier nacionalidad y credo, y del que solo están excluidos los francotiradores de la libertad y los amantes de los genocidios.
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