El Guggenheim de NY es latino
El Museo Guggenheim de Nueva York reúne en su escalera de caracol a cuarenta artistas procedentes de Latinoamérica, dentro de una exposición reivindicativa y continental.
Aunque el yugo colonial intentó ahogar la voz de los indígenas durante varias centurias en las posesiones portuguesas y españolas de Iberoamérica, la savia ancestral de los megáfonos precolombinos tomó autoridad popular desde la palestra de los perseguidos. Así fue en México, en Guatemala, en Brasil, en Argentina, en Chile, en Nicaragua…
Fruto de esa querencia por preservar la cultura de sus raíces, maestros como Wilfredo Lam, Frida Kahlo, Diego Rivera o David Alfaro Siqueiros enarbolaron la bandera de los colores sureños, y las ensoñaciones calóricas de un conjunto de países siempre en busca de su identidad robada, inevitablemente influenciados por el potente vecino del norte y las corrientes oleosas provenientes de las metrópolis europeas.
No obstante, el Arte en realidad es mestizaje cosmopolita, páginas desordenadas de sinfonías compuestas más allá de las motivaciones regionales, e imágenes sustraídas a una globalidad nunca pretendida y siempre concitada.
Sin embargo, aún asumiendo la naturaleza de la plástica como libertaria y sin pasaportes: ¿es posible hallar una sombra de ADN colectivo en los creadores iberoamericanos?
Dar una respuesta más intuitiva que categórica a esta cuestión es lo que se propone el Solomon R. Guggenheim Museum de Nueva York hasta el próximo 1 de octubre. Fecha en que la exposición Under The Same Sun: Art From Latin America Today cerrará sus puertas al público.
EL GUGGENHEIM Y LA GENERACIÓN LATINA
Cuarenta artistas, procedentes de quince nacionalidades distintas, componen el recorrido museístico propuesto por el experto Pablo León de la Barra.
Con ellos y sus trabajos, el enérgico comisario cumple con la segunda cita de las tres previstas por el Guggenheim UBS MAP Global Art Initiative; y que tienen el objetivo de derribar los estereotipos y el desconocimiento habituales, respecto a la creatividad alimentada más allá de Nuevo México.
Herederos de las dudas de sus mayores, los aventureros del caballete, la cámara y el plinto nacidos desde finales de los sesenta en Latinoamérica son hijos de discursos comprometidos, enemistados a pulso revolucionario con las dictaduras genocidas, e iluminados por pinceladas clandestinas; en las que es posible atisbar un mundo edénico de interactividad carente de censuras.
Tan heterogéneos como multiétnicos, los cuarenta nombres que vierten sus obras por los pasillos rocambolescos del Guggenheim neoyorquino reclaman la expresividad en sentido absoluto como hilo conductor, con independencia de la diversidad temática y formal que hornea cada una de sus piezas.
En ese entorno de perspectivas multiplicadas se pueden contemplar, por ejemplo, las variaciones matemáticas de la argentina María Pica (excelentes sus performances con objetos geométricos), las participaciones sensoriales del mexicano Carlos Amorales o los carteles de protagonismo humano que pueblan la mente del brasileño Jonathas de Andrade.
Junto a ellos, más nombres de emergencia internacional como Armando Andrade Tudela, Alexander Apóstol, Wilfredo Prieto, Regina José Galindo y Tamar Guimaraes (entre otros) diseñan una partitura de evocaciones selectas: ora tropicales, ora selváticas.
Un mural con teselas distinguibles, donde la figura resultante es la de un continente profundo y enriquecedor; tan perdido en la memoria como lo están en esencias retadoras las demás placas restantes de sólida estructura planetaria, las cuales componen el globo terráqueo con hebras de pretérito y escasas puntadas de futuro.
Vídeo explicativo de la exposición elaborado por el Museo Guggenheim de Nueva York
http://www.guggenheim.org/underthesamesun
Más información, entradas y horarios en http://www.guggenheim.org