El doctor House receta una sobredosis de blues

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El actor inglés saca al mercado su primer disco en solitario
El intérprete inglés saca al mercado su primer disco en solitario

Parece algo extraño que los ritmos aguardentosos, con sudor en cada nota y desborde de inspiración ajena a los pentagramas y a los conservatorios, del sur de USA hayan prendido llamas de pasión en un tipo nacido en la académica urbe británica de Oxford; pero así es. El disco de debut del actor Hugh Laurie -antiguo humorista de etiqueta en su país, reconvertido en este siglo XXI en estrella mediática por obra y gracia de la televisión estadounidense- es ante todo un tributo a los sones nostálgicos del blues que bordea el Mississippi; un homenaje que comienza con fuerza desde el título del mismo álbum: Let Them Talk, en referencia a la homónima  pieza del fallecido pianista del parche en el ojo James Carroll Booker III (que apareció originalmente en el vinilo, de 1978, James Booker Live!, grabado en noviembre de 1977 en el auditorio suizo del Boogie Woogie and Ragtime Piano Contest en Schützenhaus Albisgüetli, Zúrich).

Quince temas y tres bonus tracks conforman el paisaje sonoro del trabajo de Laurie, que presenta en las tiendas bajo el paraguas de Warner Music a partir del 9 de mayo; y en el que ha contado con la más que destacable producción del veterano Joe Henry (colaborador habitual, entre otros, del genial Elvis Costello). Apoyado en una selección precisa de excelentes composiciones, la voz -surgida del averno de unas cuerdas poco dadas a las florituras vocales- del protagonista de House se acopla cada vez que tiene ocasión a la percusión de las teclas de su piano, emborrachado en las melodías de desgaste existencial de gente como Ray Charles y Memphis Slim.

Cuenta el cómico de la excelente A Bit Of Fry and Laurie que su relación con la música viene de lejos; cuando apenas contaba seis años y sus padres le apuntaron a clases particulares de piano, con una profesora de las de militancia clásica y pocas ínfulas con aroma a rhythm and blues. Fue en las tardes en las que Hugh hundía sus pies en los pedales del mencionado instrumento de cola en las que el entonces infante descubrió por casualidad una partitura de inspiración jazzística, y el amor a primera vista fue instantáneo.

Laurie se toma Let Them Talk como una petición de mano hacia una novia construida a base de miles de influencias sinfónicas; una mujer figurada que se mueve sin recato con las guitarras y los punteos excesivos de bandas dispuestas a embrujar al personal, mediante los octanos de un alcohol rebosante de creatividad. Así, el alter ego del facultativo Gregory House comienza su declaración con el ímpetu de los pretendientes primerizos, a través de su particular versión de una tonada tan potente como St. James Infirmary, del irrepetible Louis Armstrong; para continuar con apuestas tan seductoras como el You Don’t Know My Mind, de Lead Belly; After You’ve Gone, de Bessi Smith y Fats Waller; o el cadencioso Swanee River, de Ray Charles y Dr. John.

Las adaptaciones de las que hace gala el actor no son de las que quedarán en los anales de la historia, como reflejos capaces de eclipsar el brillo energético de las interpretaciones originales. Pero este reconocimiento al blues es por lo menos una confesión de gustos que honra a alguien como Mr. Laurie; y que demuestra que las preferencias estilísticas del antipático médico de la Fox son de altura. Sin embargo, este CD que ahora se presenta no puede escapar a una cierta calificación de capricho, inmerso irremediablemente en el huracán de las múltiples facetas de un hombre empeñado en reinventarse a sí mismo con cada paso que da por la senda de la diversificación profesional.

No obstante, pese a la apariencia de jugueteo con convertirse en rey de los escenarios por un tiempo más o menos limitado; lo que no se le puede negar al autor de El vendedor de armas es que ha echado el resto por confirmar la impecable factura de Let Them Talk. Empezando por la ya mencionada producción de Joe Henry, el amigo de Emma Thompson y Stephen Fry ha podido contar con colaboraciones de lujo, como las orquestadas por la diva Irma Thomas, el galés Tom Jones o el legendario Allen Toussaint. Todos ellos arropan al ídolo televisivo y a su grupo de instrumentistas criados artísticamente en Nueva Orleans, para sacar adelante un producto que por lo menos retrotrae la mente de los oyentes a los pretéritos tiempos del blues en estado puro, cuando sus acordes portentosos apaciguaban con metálicos gritos la faz deprimida de la América profunda.

En el empeño por sacar a la venta algo medianamente resaltable y no una simple coquetería de un individuo en plena cresta de la fama, Warner Music acompaña la edición del álbum con un documental sobre la grabación del mismo, llevada a cabo en los estudios Kingsway, en el French Quarter de Nueva Orleans. Asimismo, Laurie y su banda ya tienen firmada una completa gira de actuaciones, cuyas citas más inmediatas son el 7 de mayo en el Royal College Of Music de Manchester (Inglaterra); y el 11 de mayo, en la sala parisina Le Trianon (Francia).

Más información en http://www.hughlaurieblues.com

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