Chiwetel Ejiofor encabeza el reparto de Everyman, el montaje que alberga el Olivier Theatre hasta el 30 de agosto. La pieza es una adaptación libre de Carol Ann Duffy, sobre el texto The Summoning of Everyman.
Durante la Edad Media, los terrores inspirados con la llegada del año 1000 no aplacaron los escalofríos de los europeos hasta muchas centurias después.
Tal sentimiento de tenazas colectivas -aderezado con mensajes apocalípticos-, estuvo alimentado por la férrea moralidad cristiana, practicada con el fervor hacia los dogmas y las misas en latín. Espiritualidad sin renglones torcidos que obligaba a los fieles al sometimiento continuo, siempre perseguidos por el miedo a las llamas eternas del Infierno.
En ese escenario, la Muerte adquirió la faz deslustrada de los aquelarres con billete únicamente de ida. Tesitura de resignación que en la mente de los artistas comenzó a adquirir ansias de engaño sobrenatural, para ganar tiempo a la Dama de la Guadaña. Tales armas sirvieron para soterrar inspiraciones de desapego fanático y abandono hedonista -normalmente tintado con pinceladas de culpabilidad- en gran parte del gótico flamenco. Y dio alas a un sinfín de sueños visuales, que cobraron especial relevancia en el teatro.
Una de esas obras con espíritu de sátira consumada la protagonizó The Summoning of Everyman: una pieza anónima que surca con determinación los laberintos de la responsabilidad humana, aparecida en Inglaterra durante el siglo XV.
Desde entonces, el mencionado texto -relativo a un individuo que desea postergar su cita con el camposanto- ha estado presente en los escenarios británicos con intermitente asiduidad.
No obstante, el transcurso del tiempo había oxidado el lenguaje original del texto, y había causado la perdida de su poder de seducción de cara a la población del tecnológico tercer milenio.
Un problema que ha conseguido arreglar la experta Carol Ann Duffy, al adaptar al inglés actual el sustancial libreto. El resultado de tal traducción se puede contemplar en Everyman: montaje que estará a disposición del público en el National Theatre de Londres, hasta el próximo 30 de agosto.
CHIWETEL EJIOFOR JUEGA CON LA “PELONA”
Cada tarde noche de la temporada estival, el Olivier Theatre acogerá la angustiosa huída a ninguna parte del hombre sin identificación precisa, el héroe abandonado al hedonismo que intenta refugiarse en su necesidad de existir.
El director Rufus Norris (London Road) es el encargado de poner en escena la emocionante travesía del mencionado señor con esperanzas de perpetuación, al que dota de físico y hechuras el popular Chiwetel Ejiofor (12 años de esclavitud).
El actor nominado al Oscar se mueve con impetuosidad subido al desnudo decorado, caracterizado por el fondo tenebroso de las conciencias culpables; mientras el resto del elenco adquiere la torsión de las marionetas, la irrealidad de los maniquíes carentes de peso específico en la trama y en el devenir de los acontecimientos.
Animado por la coreografía de Javier de Frutos, el libreto vierte similar sensibilidad extrema a la que atesoraba en su versión medieval, aunque ahora lo haga alumbrado con efectos multimedia y melodías inspiradoras de ritmos colindantes con el jazz y el góspel
Un completo trabajo de orquestación ancestral en el que los sentidos adquieren corporeidad (el tacto, la consciencia, el gusto, la vista, la discreción…); todos ellos convocados a un juicio donde el banquillo de los acusados lo integra el conjunto de la humanidad, y en el que la salvación es un simple espejismo de afinidades discursivas.
National Theatre: Everyman tráiler
Más información, entradas y horarios en
http://www.nationaltheatre.org.uk