Carlos I reclama su sitio en el arte

La Royal Academy of Arts de Londres dedica una extensa muestra a la actividad como mecenas y coleccionista del monarca decapitado por Oliver Cromwell.

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Carlos I fue un gran admirador del talento de los maestros del Barroco y del Renacimiento
Carlos I fue un gran admirador del talento de los maestros del Barroco y del Renacimiento/ Foto: royalacademy.org.uk

Carlos I de Inglaterra, Escocia e Irlanda poseía un refinado sentido de la excelencia creativa.

Cuando el coronado gobernador absolutista se encaprichaba de un lienzo o una escultura, era difícil que la pieza no acabara colgando de las paredes de sus regias residencias o descansando en alguna de sus costosas estanterías; ya que el padre de Carlos II fue un sagaz cazador de la inmortalidad expresada a través de los pinceles o el punzón.

Tal empeño por adquirir de lo bueno lo mejor llevó al enemigo de Oliver Cromwell a reunir más de un centenar de monumentales trabajos, firmados por genios tan reconocidos en su época como Anthony van Dyck, Tiziano, Mantegna, Pedro Pablo Rubens o Alberto Durero.

Carlos I de Estuardo era un auténtico obseso de la belleza presa en una tela pigmentada, o atrapada en los nervios palpitantes de una escultura: un hombre que aplacaba sus accesos de regios mandatos frente a la serenidad que le procuraban sus “tesoros”, de visión exclusiva para su retina de sangre azul.

Carlos I coincidió con Felipe II de España en la querencia por la pincela inigualable de Tiziano/ Foto: royalacademy.org.uk
Carlos I coincidió con Felipe II de España en la querencia por la pincelada inigualable de Tiziano/ Foto: royalacademy.org.uk

La Royal Academy of Arts de Londres ha tenido que llevar a cabo una labor titánica de seguimiento y localización, respecto a los trabajos más relevantes que conjuntaron tan exuberante colección.

Un esfuerzo que se ha visto finalmente recompensado con la brillante exposición que ocupa el interior del aristocrático edificio ubicado en la urbe del Támesis; muestra en la que han colaborado con sus donaciones pinacotecas del tronío del Museo del Prado y El Louvre.

CARLOS I Y SU ANTENA PARA DETECTAR EL TALENTO

La aciaga jornada del 30 de enero de 1649, en la que Carlos I subió al cadalso para perder la cabeza a manos del verdugo, la historia de Inglaterra dio un giro de 180 grados.

La república comandada por el caudillo/dictador Oliver Cromwell sustituyó momentáneamente a la eterna monarquía isleña, hasta que en 1660 Carlos II trajo consigo la Restauración, y las aguas volvieron a su cauce de coronas esmaltadas con piedras preciosas.

Alejandro Dumas padre reprodujo el violento instante de la ejecución del monarca en su novela 20 años después, donde el mosquetero Athos se refirió al hijo de James VI como el “último rey caballero“.

Con independencia del algo oscuro comportamiento del mandatario en el terreno político, y de la trascendencia de su figura para cierta parte de los apegados al antiguo régimen; lo cierto es que, con la muerte de Carlos I, la supervivencia de la gran colección real corrió el peligro del expolio.

Carlos I extendió sus tentáculos compradores a períodos como el de la antigua Roma/ Foto: royalacademy.org.uk
Carlos I extendió sus tentáculos compradores a períodos como el de la antigua Roma/ Foto: royalacademy.org.uk

De esculturas del período clásico (con especial predilección por las manifestaciones romanas) a las deslumbrantes visiones del Barroco de policromías agresivas, las corrientes artísticas más diversas tuvieron un sitio especial en las dependencias privadas del monarca, y en los fastuosos salones de sus palacios.

Catalina II en Rusia, Felipe II en España, Luis XIV en Francia… El afán por el coleccionismo de los gobernantes por decreto divino ha sido muy frecuente en las casas europeas a lo largo de los tiempos.

Una labor que, junto con el mecenazgo de la nobleza y el estamento eclesiástico, contribuyó a difundir y a apoyar el talento de los creadores del Renacimiento y el Barroco; apadrinando con su deleite a los maestros de las paletas, la arquitectura, la jardinería, la ornamentación y la escultura.

Gusto mediado con el poder, que dio origen a legados sorprendentes; como el que se puede contemplar hasta el 15 de abril en el interior de la Royal Academy of Arts, y cuyo recorrido es posible degustar con un desayuno inspirado en las apetencias de Carlos I.

Nota.- Charles I: King and Collector estará abierta al público del 27 de enero al 15 de abril, en The Royal Academy of Arts de Londres.

Más información, entradas y horarios en

http://www.royalacademy.org.uk

El Museo del Prado ha prestado obras como "Carlos V con un perro", firmado por Tiziano
El Museo del Prado ha prestado obras como “Carlos V con un perro”, firmada por Tiziano; y que perteneció a la colección privada de Carlos I/ Foto: royalacademy.org.uk
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