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Bunbury regala a sus seguidores un profundo análisis sobre la actualidad política y social, en el desafiante álbum titulado Expectativas (Warner Music).
El cantante y compositor zagarozano enlaza once cortes de indudable valía sonora, en los que retrata la angustiosa fisonomía de una realidad marcada por la apariencia, el inmovilismo, la falta de ideas y la estupidez generalizada entre los que dirigen los hilos del poder.
Acompañado por el saxo de Santiago del Campo y por Los santos inocentes, el exlíder de la banda Héroes del silencio vira de la oscuridad inicial hacia la esperanza infinita de un posible cambio a mejor, a través de un conjunto de letras emocionantes y contagiosas.
Hace cuatro años, Enrique Bunbury confesó melódicamente sus anhelos de regeneración política y social en España, con la edición de Palosanto.
Sin embargo, algo se ha torcido en el lapso temporal que media entre ese disco de visiones alentadoras y el paisaje sombrío de Expectativas.
Asuntos como la corrupción institucional, las insensatez de los dirigentes, el independentismo en Cataluña, la fragmentación ciudadana y la imposibilidad para llegar a soluciones conciliadoras por parte de los partidos representados en el Congreso de los Diputados han punzado la conciencia trovadoresca del antiguo componente de Héroes del silencio.
Un caldo de cultivo exacerbado, rebelde y agónico que se ha traducido en once temas de narración irónica y atormentada; dentro de los que las actitudes alienantes dejan paso a los gritos activos, encabezados por poéticas alumbradas con el quinqué del rock and roll de altos vuelos.
Si se tuviera que destacar un hilo conductor para Expectativas, este sería el del inconformismo consciente.
Una seña de identidad que forma parte del pegamento inspirador de los treinta años de carrera que acredita EB, y que siempre han estado alentados por los alegatos libertarios de las opiniones mediadas por las musas callejeras.
ENRIQUE BUNBURY ENCIENDE SU REBELIÓN
Ya en la apertura de Expectativas, concretada con el valiente discurso de La ceremonia de la confusión, el artista aragonés hace una declaración de intenciones; a la hora de proclamar que lo que va a acontecer es un marco secuencial incómodo y desangelado.
Sin corporativismos de por medio, tal espíritu denunciante salta al campo de la creación musical; en la valerosa oda bautizada La actitud correcta.
Posicionado en un parapeto que recuerda al de Dire Straits en Money For Nothing, Bunbury arremete contra el mainstream dominante y mercantilista, tendente a estrangular la singularidad en el universo de las ondas.
Aunque la visión más abismal sobre la sociedad actual en España llega con los acordes hipnotizadores de Cuna de Caín: un auténtico paseo por la agresiva historia de la nación con la enseña roja y gualda, capaz de provocar guerras civiles en las que el odio entre hermanos siembra terror, muerte y desconexión.
“El exilio es mejor/que nuestra prisión/de mediocridad/y vulgaridad/de envidias e ingratos/ juegos de villanos“, sentencia la canción en una de sus estrofas. Palabras que configuran un verdadero mazazo a las esperanzas vacuas de supuestos futuros piadosos.
Tal decorado de pinturas resquebrajadas por la realidad palpable continúa por la senda del gris tirando a negro, en En bandeja de plata; Parecemos tontos; y Al filo de un cuchillo.
Sin embargo, el tono comienza a suavizarse de manera progresiva; hasta alcanzar la estación conciliadora de La constante (himno de amores necesarios, que descubre el elemento sensible para huir de las distopías anunciadas anteriormente).
Durante la presentación de Expectativas a los medios de comunicación, Bunbury aseguró que este álbum trata de “mover las neuronas” a través del rock and roll; llamada de atención imprescindible en estos tiempos de quistes sociales, que protagonizan reiteradamente las páginas de los periódicos y las imágenes de los noticiarios televisivos.
Vídeo oficial de Parecemos tontos, subido por Enrique Bunbury
