Bruce Willis debuta en el teatro con Misery.
El montaje está dirigido por el hijo de Stephen Frears.
Hay personajes de ficción que perviven en la memoria, más allá incluso de lo programado por sus creadores.
Unos lo hacen merced a su bondad declarada, otros a su romanticismo de naturaleza épica, algunos por su heroísmo desinteresado, y no pocos por la maldad con que tratan a sus incautas víctimas. Annie Wilkes no entra de lleno en esta última categoría, pero se acerca peligrosamente a ella.
La desequilibrada fan descrita en Misery por Stephen King es una mujer con catadura de torturadora inquisitorial, aunque en el fondo está dominada por una obsesión que escapa a su propio control; lo que la convierte en verdugo y sufridora. Así lo mostró el autor estadounidense en 1987, y de la misma manera lo exhibió el cineasta Rob Reiner, en la homónima adaptación al Séptimo Arte que este llevó a cabo de la citada novela, en 1990.
Veinticinco años después de la movie, la relación destructora entre Annie y el narrador siniestrado -llamado Paul Sheldon– regresa a la actualidad, esta vez en formato teatral.
Un proyecto desbordante de posibilidades e imaginación que colgará carteles de apertura el próximo 15 de noviembre (el 22 de octubre comenzarán los pases de previews), en el Broadhurst Theatre de Broadway.
BRUCE WILLIS SE METE EN CAMA
Will Frears (hijo del director Stephen Frears) es el encargado de trasladar a la escena neoyorquina esta espeluznante historia, con la que la actriz Kathy Bates ganó un Oscar por su interpretación en el mencionado largometraje de Reiner. Sin embargo, la mayor parte del interés no se la ha llevado la designación del vástago del responsable de Mi hermosa lavandería por parte de Warner Bros., Theatre Ventures, Raymond W. y Castle Rock Entertainment; sino la inclusión en el reparto del mediático Bruce Willis.
La estrella de La jungla de cristal nunca antes se había puesto delante del público a lo largo de su extensa carrera, y al final –tras cumplir sesenta primaveras– el recordado protagonista de la serie Luz de luna ha dado el paso definitivo. Ahora solo queda comprobar cómo se mueve en un decorado, sin que nadie grite “acción” y “corten”.
Un reto absoluto para un actor al que le ha gustado siempre dar bandazos en su currículum profesional. Inicialmente asociado a la comedia, y posteriormente con el género de la adrenalina camisetera y el drama de carácter sobrenatural; Willis nunca se ha conformado con los encasillamientos con marca de fábrica. Algo que se ha metamorfoseado en una máxima conforme ha acumulado velas en su tarta de aniversario.
No obstante, el ex de Demi Moore no exhibirá sus virtudes y sus defectos ante los ojos de los curiosos en completa soledad, ya que en todo momento estará acompañado por la conocida hermana de Roseanne: Laurie Metcalf.
Laurie y Bruce se muestran omnipresentes en el desarrollo de la evolución argumental de Misery, versión que –como en su precedente fílmico- sigue con confianza absoluta el guion redactado por el veterano William Goldman.
Los ensayos corren a marchas forzadas para que el teatro entre la octava y Broadway hiele la sangre de los asistentes a las funciones, siempre sorprendidos por las torturas físicas a las que la psicótica Annie Wilkes somete al un tanto petulante y algo egocéntrico Paul Sheldon. Y todo por la simple razón de que a la señora no le gustaba cómo el writer había despachado al personaje favorito de sus libros: Misery Chastain.
Sin duda, hay decisiones editoriales que matan…
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